El conflicto amazónico entre las bases de las congregaciones Carmelitas Descalzos y Heraldos del Evangelio se maximiza en la zona de Puerto Aguarico (al oeste de Sucumbíos).

Esto se debe a su  aislamiento geográfico en torno a la ciudad de Lago Agrio, hecho que dificulta la labor de la fuerza pública y, según dicen sus propios habitantes, permite la proliferación de negocios ilícitos.

La tarea de monseñor Paolo Mietto, administrador del Vicariato de San Miguel de Sucumbíos y encargado de “conciliar” la espiritualidad de la provincia, se complica en el sector de Puerto Aguarico. Esto se debe a las confrontaciones entre los Carmelitas y los Heraldos por el control del lugar.

Estos hechos quedaron en evidencia el 11 de julio pasado, cuando el grupo seglar Juan XXIII -afín a los carmelitas y a los padres diocesanos- realizó la novena en una casa de la zona. Según la mayoría de los testigos, el hecho enfureció al movimiento Renovación Carismática -simpatizante con los Heraldos-, quienes controlan Puerto Aguarico.

“La llaga de su desaprobación y protesta infantil contra la legítima posesión de Rafael Ibarguren (primer administrador heraldo del Vicariato después de la jubilación de Gonzalo López Marañón), aún está viva en nuestro barrio (Puerto Aguarico). A pesar de ese resentimiento multitudinario, los comunistas vinieron a provocar a la gente que los desaprueba”, indicó un militante de Renovación Carismática.

Paolo Mietto evitó referirse al conflicto entre ambas fracciones de la Iglesia Católica que aún persisten, a pesar de que el Vaticano y la Presidencia de la República los obligaron a salir de Sucumbíos.

Los simpatizantes de los Carmelitas, por su parte, se defienden de las acusaciones. Indican que los Heraldos no permiten el ingreso del resto de ciudadanos al lugar o el trabajo “tranquilo” de la Policía porque en el sitio están asentados los contrabandistas de gasolina.  

“Parece una tierra de fuego por los constantes incendios que hay. Ellos se jactan de que la fuerza pública no ingresa a su territorio y vigilan a cada  persona que llega en gabarra. De hecho, cuando nos atacaron, nos amenazaron con incendiarnos si no desistíamos. Incluso han formado iglesias paralelas al Vaticano, que ellos mismos dicen defender”, afirma una fuente carmelita.

Los seguidores de los Heraldos señalan que, aparte de ser temerarias y anónimas las declaraciones de los Carmelitas, son difamaciones que se “entienden por la escasez de apoyo popular por descuidar durante 40 años los segmentos medios de la ciudadanía de Lago Agrio.

En diciembre de este año el Gobierno prevé la inauguración de un puente que evitará el aislamiento entre Puerto Aguarico y Lago Agrio.