El Tercer Encuentro de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, con sede en Ecuador, concluirá hoy con la definición de las líneas fundamentales para una agenda política propia y de propuestas para la Cumbre Río+20.

La titular ecuatoriana del Ministerio Coordinador de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, participará en la clausura de este evento, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde asistieron cerca de 250 líderes rurales de la región.

En este foro las delegadas abordaron temas relacionados con la tierra, la producción, el agua, la violencia, derechos de participación y mujer rural y comunicación.

Organizado por la Asociación de Mujeres de las Juntas Parroquiales Rurales de Ecuador y la Red Latinoamericana de Mujeres Rurales de América Latina y el Caribe (Rec Lac), este encuentro facilitó el intercambio sobre prevención de embarazo, planificación familiar, vivienda y desarrollo urbano.

La cita, inaugurada hace el pasado día 5 por la titular del Ministerio de Coordinación de Desarrollo Social de Ecuador, Doris Soliz, permitió el intercambio sobre la necesidad de mayor participación en las políticas públicas para construir propuestas de desarrollo que mejoren la calidad de vida de las mujeres rurales. Señalaron, además, que en sus manos están asuntos determinantes para la sobrevivencia de la humanidad como la seguridad alimentaria, la calidad y la preservación del agua y la conservación de la naturaleza.

Concidieron en que el resultado de esta reunión será importante para las discusiones del foro medioambiental previsto este año en Brasil y pidieron a la ONU declarar la Década de las mujeres rurales para reivindicar sus derechos y reconocer su participación en las transformaciones sociales.

La iniciativa, dijeron, se corresponde con el mensaje de la directora ejecutiva de ONU-Mujeres, Michelle Bachelet, en su mensaje por este 8 de marzo al señalar la necesidad de empoderar a las mujeres rurales, acabar con el hambre y la pobreza.

Bachelet también instó a dar a las agricultoras el mismo acceso de recursos que a los hombres, para reducir entre 100 y 150 millones el número de hambrientos en el mundo.