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Las entrevistas con el Presidente son...
Por ahí ha salido un ex editor general de un diario guayaquileño (reconocido mundialmente por haberse inventado una entrevista con un afamado periodista y escritor argentino) a darnos clases de cómo hacer entrevistas al presidente Rafael Correa. Difícil aceptar esas críticas de quien no ha podido decirle al mundo por qué y en qué circunstancias salió de su cabeza ese “invento”. A lo mucho sostiene que se creyó “perfecto”. Pero igual: bienvenidas las críticas, desde todos los puntos de vista.
Hay otro director de un periódico capitalino que sostiene que el diálogo con el Primer Mandatario fue un monólogo. ¿Imagina él que las entrevistas son el “monólogo” de los periodistas? ¿Solo hay entrevista posible cuando el periodista se impone al entrevistado y brilla por su contundencia y su rol de “contestatario?
Yo haría dos autocríticas al diálogo sostenido y transmitido por RTS el miércoles pasado. Una: el formato rebasa toda consideración con las audiencias: imposible llamar la atención del público para oír al presidente y tener una quinta parte del tiempo con reportajes que, como lo reconoció el propio Correa, estaban bastante parcializados. Dos: preguntar a fondo con ese formato se convirtió en un desafío, mucho más cuando hay quien se toma tres minutos para preguntar y los reportajes parecen ya inducir las preguntas y las respuestas. Por favor: no más formatos con el afán de publicitar antes que generar el diálogo y la información horizontal.
Rafael Correa habla y sienta posiciones. Que gusten o no, es otra cosa. Y el miércoles pasado dio algunos datos que pueden interesar a la sociedad: no habrá otra reforma tributaria, habrá otra ley del régimen financiero, etc. Si querían show mediático, “nones”. Los datos estaban ahí para hacer buen periodismo. Háganlo.


