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Grupos delincuenciales también pudieron estar detrás de hechos del 30-S
Durante una entrevista anoche, el presidente Rafael Correa señaló que en el intento de golpe de Estado que ocurrió en el país el 30 de septiembre de 2010 (30-S), pudo haber participación de grupos delincuenciales como el de Los Choneros que habrían estado vinculados con policías corruptos.
El Mandatario aseguró que existen indicios que hacen pensar que muy posiblemente la revuelta policial suscitada el 30-S tuvo que ver, entre otras cosas, con la decisión del Gobierno de combatir a grupos policiales lamentablemente involucrados en actos delictivos.
Uno de esos fue el Grupo de Apoyo Operacional (GAO), del cual 17 miembros fueron detenidos y procesados por cometer actos violatorios de los derechos humanos.
Según Correa, existe información de que posiblemente esos y otros malos elementos de la Policía mantenían nexos con la banda de Los Choneros y por ello resolvieron activar una protesta para detener el proceso de depuración y reestructuración de la Policía que había iniciado el Gobierno.
La protesta, recordó el Jefe de Estado, fue aprovechada por ciertos grupos políticos que querían derrocar al Gobierno.
Frente a los cuestionamientos acerca de que aún quedan centenas de grupos delincuenciales que operan en el país, recordó que 100 de los 150 criminales más buscados ya están detenidos y que precisamente bandas como la de Los Choneros, que tenía en zozobra a la provincia de Manabí, fueron desarticuladas.
Adelantó que en los próximos días se ejecutarán nuevas acciones para desmantelar al menos seis bandas más, pero prefirió no dar más detalles para garantizar los resultados deseados.
El Presidente reconoció que la mayoría de efectivos policiales son gente honesta, que por muchos años no contaron con las condiciones, logísticas, laborales e incluso familiares para desarrollar su trabajo de forma eficiente.
De ahí que el Gobierno entregó a la institución equipos, infraestructura, armamento, capacitación y mejores sueldos. Mencionó también el proceso de reestructuración de justicia, el impulso de reformas legales para sancionar los delitos con más severidad y el trabajo conjunto con los gobiernos locales y la comunidad.
Además, recordó que su Gobierno ejecuta un proceso de depuración de la institución policial y que un ejemplo de ello es la captura y juzgamiento en Esmeraldas de un jefe policial que estuvo vinculado al narcotráfico.
Dijo también que actualmente se aplica un proceso de descentralización de la Policía, al establecerse distritos, circuitos y subcircuitos que trabajan directamente con la comunidad.
En la entrevista, Correa señaló que el fenómeno de la inseguridad ciudadana no es exclusivo de Ecuador, pero que su Ejecutivo no elude la responsabilidad de combatir esta problemática.
Manifestó que existe la voluntad de combatir a los grupos internacionales vinculados al narcotráfico y que intentan convertir a Ecuador en uno de los centros de operación, pero apuntó que esa tarea es difícil debido a la ubicación geográfica del país, entre Colombia y Perú, con altos índices de producción y tráfico de estupefacientes.
Rechazó cuestionamientos de personajes políticos en torno a que la salida de la Base de Manta en el 2010 permitió el incremento del narcotráfico en el país. Señaló que cuando existía el Puesto de Avanzada de Estados Unidos en Manta, en esa ciudad y en general en la provincia de Manabí, se incrementó la violencia, así como el tráfico de drogas.
Recordó también que desde ese puesto militar, los uniformados extranjeros ejecutaron operaciones de control de migrantes e incluso hundieron embarcaciones de sencillos pescadores ecuatorianos.
Dijo que este gobierno, como ningún otro, ha dotado a las Fuerzas Armadas y a la Policía de todos los equipos necesarios, como aviones no tripulados, lanchas, guardacostas y helicópteros para que se garantice la soberanía nacional, así como la seguridad interna./ El Ciudadano-PL