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Familiares dan el último adiós a las víctimas de la explosión de la base naval
Rostros de dolor se observaron en el cementerio municipal de Esmeraldas, se observaron de los familiares y amigos de Gabriel Sancán Reyes (16 años de edad); Miguel Ángel Escalante (17); y Francisco Huacón Vaque, cuyos cadáveres fueron trasladados la tarde de ayer para la autopsia legal.
Ellos murieron ahogados luego que se fondeara la Estación Guardacosta Móvil “Isla Cuyabeno” del Comando de Guardacostas de la Armada, por una explosión la tarde del martes anterior, en la zona marítima de la frontera norte entre Esmeraldas y Colombia.
Los cadáveres fueron encontrados en horas de la mañana cerca a la población colombiana de Candelillas de la Mar, por personal de la Infantería de Marina y del Comando General de Guardacostas, manifestó Boris Rodas, comandante de esta unidad naval en Esmeraldas.
Los cuerpos fueron llevados al muelle del Batallón de Infantería de Marina No. 11 de San Lorenzo. En este lugar, el fiscal de turno Wilson Almeida realizó el levantamiento y dispuso a Medicina Legal de la PJ, su traslado al cementerio de Esmeraldas para la práctica forense.
Este procedimiento se lo hizo porque en San Lorenzo no hay morgue ni médicos legistas, se dijo. Alberto Martínez, cuñado de Miguel Escalante, estuvo desde la mañana en el campo santo a la espera del cadáver.
Detalló que Escalante viajó el domingo junto con Gabriel, porque son amigos de la infancia en el Guasmo Sur en Guayaquil. Además, porque en las vacaciones escolares se dedicaba a trabajar como ayudante en pintura.
Mientras que Pablo Sancán, uno de los sobrevivientes y que es maestro pintor y padre de Gabriel, explicó que trajo a los jóvenes porque conocen de este trabajo y conocieran también Esmeraldas. “Solo nos dedicamos a realizar la pintura interna de la EGM y no tenemos responsabilidad en el estallido de la unidad naval”, puntualizó.
No dio detalles de la empresa Master Soft que es de Guayaquil y únicamente se limitó a decir que una persona los contrató para este trabajo en San Lorenzo.
En el momento del accidente recuerda el obrero que se encontraba en el segundo piso realizando un informe del área de trabajo y los materiales que se necesitaba. Como el fondeo de la base móvil fue rápido logró salir a la superficie, no así los tres obreros que se ahogaron.
Aunque salió a la superficie ileso logró mantenerse a flote con la ayuda de los Infantes de Marina que se encontraban en ese momento descansando.
El protocolo forense estuvo a cargo de los médicos Simón Baque y Simón Macías, de Medicina Legal y Fiscalía, que arribaron cerca de las 14:00 a la estrecha morgue del cementerio, donde los empleados de este campo santo abastecieron de agua en canecas.
Hasta el cierre de esta edición se esperaban los féretros para trasladar a los fallecidos hasta Guayaquil.