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“En el Codepmoc se vive un cacicazgo de 16 años”

Hace una semana este diario reveló la problemática al interior de la dirigencia montubia y que, por el momento, ha derivado en que tres facciones se enfrasquen en una agria disputa por controlar los destinos de este colectivo social.

Una de las imputadas en esta pugna es Alexandra Plúas, quien en 2009 fue electa como presidenta nacional del Pueblo Montubio, pero que meses después fuera desconocida por las agrupaciones lideradas por Luis Alvarado y Isabel Mosquera. Según Plúas, esta medida “ilegal” se debió a que comenzó a investigar las cuentas del Consejo de Desarrollo del Pueblo Montubio de la Costa Ecuatoriana y Zonas Subtropicales de la Región Litoral (Codepmoc).

Asevera que el trabajo desarrollado por Alvarado al frente de este organismo social ha develado serias irregularidades que, inclusive, han sido alertadas por la Procuraduría General del Estado, una vez que el Codepmoc es una entidad adscrita a la Presidencia de la República.

Plúas llama a las organizaciones montubias a reunirse en marzo para elegir nuevos cuadros dirigenciales, “así tenga que poner a disposición mi cargo”.

Antes de comenzar a profundidad con los temas, ¿acepta que forma parte de una disputa dirigencial en torno al colectivo montubio?

Creo que lo publicado por este diario, la semana anterior, no es verdad. Si es que existe una pugna entre los montubios es por las acciones de los esposos Luis Alvarado e Isabel Mosquera, que están empeñados en llevarse y dividir a los grupos. Ahora se podría considerar que lidero una tercera facción.

Usted asegura que desde 2009 viene manteniendo una lucha... ¿Contra qué o quién?

Buscando que en los montubios haya democracia, acabar con esas elecciones falsas y a dedo a las que se ha acostumbrado en el Codepmoc, en donde la pareja de esposos delegaban a sus amigos y demás allegados para los cargos.

¿Cuáles fueron las condiciones en las que fue electa como presidenta de los Pueblos Montubios y en qué se basaron Alvarado y Mosquera para desconocerla de su cargo?

El 23 de marzo de 2009, en el auditorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, cerca de 700 representantes de igual número de organizaciones montubias me eligieron en el cargo. Esa elección fue convocada y avalada por el mismo Luis Alvarado, que era el presidente saliente. En esos momentos él pasaba a ser el secretario ejecutivo de la Codepmoc porque su esposa, Isabel Mosquera, había dejado el cargo para postularse a asambleísta.

Ahora lo que quiere Mosquera es regresar a su puesto y Alvarado quiere retornar a ser presidente del Pueblo Montubio, pero hay sectores que nos oponemos porque en el Codepmoc se vive un cacicazgo de 16 años que no beneficia al sector.

¿Cuáles son las quejas en contra de la administración de Alvarado?

El 18 de diciembre, en este mismo diario, dijo que yo tenía problemas con la justicia. Es hora de desmentirlo. Quien realmente tiene problemas con la justicia es él. Mi equipo de trabajo logró conseguir, del portal de contrataciones públicas, uno de los proyectos que había desarrollado este año, que estaba vinculado a salud, con una inversión de 298.950 dólares. Logramos encontrar muchas irregularidades dentro del proceso, como por ejemplo que el director jurídico del Codepmoc, Luis Miguel Centeno Roque, hizo las funciones de director y calificador del concurso.

La ganadora del proceso fue Sara Roque Ocampo, quien es madre del propio Luis Miguel Centeno. Nosotros presentamos la denuncia ante la Procuraduría General del Estado, que resolvió, el 9 de septiembre de 2010, y arroja el primer resultado en donde se anuncia que hay una irregularidad en ese contrato; pero Alvarado insistió y logró finiquitar el convenio. El 23 de febrero de 2011 se hace la denuncia formal al Tribunal Distrital Segundo de lo Contencioso Administrativo del Guayas. Entonces la propia Procuraduría demandó a Luis Alvarado.

Eso por la parte de Alvarado; pero, ¿qué hay con usted?, ¿cuáles son las cuentas pendientes que tiene con la justicia ecuatoriana?

Cuando Alvarado dijo que yo tenía problemas judiciales, pues creo que no mentía. Sí tengo un proceso, pero se deriva de mi denuncia hecha a la Procuraduría por el comportamiento al interior del Codepmoc. Una vez que presenté la diligencia, se me enjuició por parte de Centeno, por injurias calumniosas; pero la justicia ya falló a mi favor en ese caso.

Saldado el cruce de fuego con Alvarado, me voy hacia lo dicho por Isabel Mosquera. Ella acusa a la Secretaría de Pueblos de tener predilección por la agrupación que usted dirige. Dijo, además, que usted mantiene una relación muy cercana con el subsecretario Édgar Frías. ¿Cómo define su relación con el actual régimen, considerando que ha sido invitada especial en visitas oficiales que ha realizado el presidente Rafael Correa a otras naciones?

La Secretaría de Pueblos no tiene predilección por ninguna agrupación. Hace pocas semanas, en Guayaquil, el subsecretario Édgar Frías convocó a una reunión de trabajo a las organizaciones montubias, entre ellas a la de Isabel Mosquera, que tuvo a un delegado en la sala. Ese delegado se encargó de atacar a mi administración y yo salí al frente para desmentir sus aseveraciones. Cuando el representante de Mosquera se dio cuenta de sus errores, abandonó la reunión. Ya no tenemos culpa de que el delegado de Mosquera se haya ido, pero la convocatoria siempre es para todos.

Le repito la pregunta, ¿cuál es su relación con el Gobierno?

Aquí no es cuestión de ser aliado o no del Gobierno, lo que se trata es de trabajar en conjunto con las organizaciones. La pareja Alvarado-Mosquera siempre ha tenido esa fijación de que todos los ministros o secretarios de pueblos son malos. Entonces, de inmediato se cierra la puerta a trabajar mancomunadamente con el Ejecutivo para desarrollar proyectos. 

Previendo que el próximo año se podrían conformar los Consejos de Igualdad (organismos que definirán las políticas públicas de las minorías étnicas del país) y que el Codepmoc se convertirá en una de estas entidades, es importante saber cuál es su relación con el Codepmoc?

La relación es nada grata, ni buena. Mientras Luis Alvarado esté ahí, ni yo ni nadie podrá trabajar por el bien del pueblo montubio. Él se cree el amo y señor de la entidad. Por suerte, ahora la cooperación económica desde el Ejecutivo hacia el sector montubio se la canaliza directamente desde los ministerios y no tiene de intermediario al Codepmoc.

Entonces, ¿qué solución se le puede dar a esta disputa dirigencial?

Estamos convocando a una gran convención para marzo de 2012, para elegir nuevas autoridades y definir la hoja de ruta de la etnia.

Pondría su cargo a disposición en esa convención para terminar las disputas?

Claro que sí, yo no quiero apoderarme de ningún cargo.

Pero tampoco le disgusta poder ser reelecta...

Yo siempre trabajaré por el bien del pueblo montubio, esté donde esté.

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