El desempleo que se ha disparado en la mayoría de países de la Eurozona debería ser un tema que nos preocupe a todos, sobre todo porque se trata de naciones con un alto número de inmigrantes ecuatorianos, como Italia y España;  esta última con más de 4,4 millones de personas que han plegado al paro (cerca del 22% de la población activa). Así mismo, hay que considerar la disminución en esa región de la actividad empresarial y del consumo interno.

El total de desempleados en España creció 7,8% con respecto a 2010, lo cual supone un total de 322.000 de desocupados a lo largo del año. De este total una buena parte son ecuatorianos que inmigraron y que verán disminuidos sus ingresos producto de la crisis, por lo tanto  el dinero que envíen a sus respectivas familias también caerá.

El bajo crecimiento económico de Europa, el incremento del desempleo ya señalado y la caída del consumo consecuencia de aquello, provocará una disminución de las compras que esta  región hace a América Latina, es decir, una afectación directa a nuestras exportaciones.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un menor crecimiento económico en Europa, con una tasa de 0,4%, y una caída de 13,1% de las exportaciones de América Latina.

Expertos también advierten, como consecuencia de la crisis, un restringido y alto costo de financiamiento externo de las economías latinoamericanas, es decir, las empresas locales en general tendrán más complicaciones para obtener créditos en el exterior, en 2012, en comparación con el año que cerró.

Pero lo más preocupante podría ser la disminución del precio de las materias primas a nivel mundial, lo que generaría un  hueco fiscal en economías, como la nuestra, altamente dependientes del petróleo, el cobre  y otros recursos parecidos.

La crisis económica en la zona euro podría producir, en conclusión, una caída en nuestras exportaciones, la disminución del volumen de remesas, un incremento del costo financiero para las empresas locales y un ajuste en las predicciones de crecimiento económico en Ecuador y América Latina; así como la posibilidad de un enorme problema presupuestario estatal, al ser este altamente dependiente del precio del petróleo y debido al aumento creciente del gasto público cada año.