La noticia sobre el asesinato de 12 perros de raza Bulldog Francés, en Quito, causó conmoción, sobre todo en las redes sociales donde se cuestionó la actitud del supuesto autor, un cliente que les habría lanzado salchichas envenenadas.

Tania Cáceres, administradora del criadero animal D Kasta, ubicado en la capital y donde vivían las mascotas, acudió la mañana de ayer a presentar la denuncia en un juzgado de contravenciones.

La mujer explicó que sospecha de un cliente que se molestó luego de que diera una cantidad de dinero no precisada para reservar una perra y ella se negó a vendérsela. Quedó en devolverle el dinero, pero el individuo solo quería la mascota.

“Yo no se la quise entregar porque el señor aparentemente tenía un desiquilibrio mental y no aceptaba el tiempo adecuado para poder separarla definitivamente de su madre”, agregó la denunciante.

La matanza, según Tania, ocurrió la madrugada del 1 de enero, mientras despedía el año junto a su familia. Recibió un mensaje con tono de burla y risas en el que le deseaban un feliz año a su criadero.

En el artículo 249 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) se establece que quien “por acción u omisión cause daño, produzca lesiones, deterioro a la integridad física de una mascota o animal de compañía, será sancionada con pena de 50 a 100 horas de servicio comunitario”. Si causa la muerte del animal será sancionada con privación de libertad de 3 a 7 días.