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Autoridades militares y civiles guardan cautela ante el tema
El general Jorge Peña Cobeña, jefe del Ejército ecuatoriano, frente a la consulta de si militarizar la zona de conflicto entre etnias ayudaría a controlar la situación, señaló: “No, no creo, porque es una zona intangible y hay que respetar aquello”.
Puntalizó que lo que ellos (militares) podrían hacer es un patrullaje esporádico, un cierto control limitado. Dijo que a quien le corresponde monitorear la zona es al Ministerio del Ambiente. “Yo me imagino que ellos deben desarrollar un sistema de guardaparques y gente que conozca además del asunto”, indicó.
En cambio, el viceministro de Gobernabilidad del Ministerio del Interior, Óscar Bonilla, estima que esos ataques entre etnias suelen ser parte de una espiral de retaliación que difícilmente puede superarse con arreglos provenientes de la legislación y de la normatividad que, en cambio, son comunes en las ciudades y en el sector rural, que no es el amazónico.
“Nuestra tarea es intentar construir un interlocutor, pero que no sea el reflejo de una organización gremial clásica urbana. Tiene que ser una suerte de mesa de trabajo con autoridades indígenas tradicionales en el sentido de jefes de familia y de clan”, señaló.
El funcionario consideró que este tema no debe ser visto solo desde una situación estrictamente situacional ni conyuntural, sino que tiene que ser pensado y analizado desde una visión histórica y enfoque cultural, para entenderlo en un ámbito como es el amazónico, en donde el Estado antes del Gobierno de la Revolución Ciudadana nunca estuvo presente.
Recordó que el plan de medidas cautelares que está bajo la competencia del Ministerio de Justicia determinó formas de intervención orientadas básicamente a la protección de los derechos colectivos no solo de los pueblos waoranis, sino de los pueblos en aislamiento, los cuales se ven expuestos a muy diversas amenazas.