Cuatro personas fallecidases el saldo que dejó un accidente de tránsito registrado la tarde del lunes en el sector el Infiernillo, localidad ubicada a 10 minutos de la cabecera del cantón Pimampiro, norte de la provincia de Imbabura.

Marcelo Mejía, comandante del Cuerpo de Bomberos de Pimampiro, informó que en la central de emergencias recibieron la alerta del siniestro a las 13:40.

De inmediato los socorristas acudieron al lugar y verificaron que una camioneta 4X4 doble cabina de color rojo, marca Chevrolet, había caído unos 200 metros por un barranco.

“Presumo que el accidente se registró por exceso de velocidad por las huellas que se observan. Al parecer el conductor del vehículo perdió pista en la curva y lamentablemente se despeñó”, explicó Mejía.

Esa versión la corroboró Consuelo Sevillano, habitante del sector, quien vio de cerca los hechos. Explicó que la camioneta siniestrada bajaba muy rápido desde Pimampiro y en la curva intentó rebasar a un vehículo blanco. “El conductor no vio que del otro lado subía un auto y en su intento de evitar el choque, giro bruscamente y rodó por la quebrada”, dijo la testigo del suceso.

Luego de 5 horas, las tareas de rescate de los cuatro cuerpos terminaron. En medio del desconsuelo y llanto de los familiares, la policía identificó a las víctimas.

Blanca Andrango de 22 años, y sus dos hijas, de 5 años y 9 meses de edad, son tres de las cuatro personas que perdieron la vida en el accidente.

Las desafortunadas mujeres, tres kilómetros atrás, se subieron en la camioneta siniestrada que conducía Juan Carlos Pepinoz Dávila de 49 años, la cuarta víctima del accidente.

Ellas pidieron un aventón al agricultor que se dirigía hacia la parroquia Chugá. Pero minutos después de embarcarse, perdieron la vida.

Inés Adrango dijo que a las 12:00 vio por última vez a su hermana Blanca. “Ella tenía en sus brazos a su bebé y dijo que iba a Pimampiro a retirar de la escuela a su otra hija. En su regreso ha sucedido esta tragedia. Ahora no sé de dónde vamos a conseguir el dinero para comprar los féretros”, manifestó.

Por su parte, Irene Ramírez, cuñada del conductor fallecido, explicó que con frecuencia Juan Carlos viajaba hasta la parroquia de Chugá, donde tenía una finca.

Los comuneros aprovecharon esta tragedia para denunciar que en la zona rural de Pimampiro carecen de servicio de transporte público, por lo que a diario tienen que abordar camionetas que los lleven a sus viviendas o hasta la ciudad de Pimampiro, sin importar el peligro que ello representa.