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Grandes plumas: Justino Cornejo Vizcaíno
Responso a Ralph del Campo
Su muerte me produjo un impacto de los más recios. Morir, sí, es lo natural, puesto que se nace. Pero el que muere produce una horrible sensación de soledad, de abandono, de orfandad en aquellos que quedamos.
Sentimos que disminuyen para nosotros -los parientes y enemigos del difunto- el sostén y la luz, el aire para el resto del camino…
Se marchó el viernes y fuimos a dejarlo al cementerio. En hombro lo llevaron sus colegas del deporte, los hombros del diarismo, los hombros de la farándula, los que con él estuvieron en los días ya lejanos del “Vicente”, los que por virtud de él, aún sentían dentro del pecho “una alondra cantar”, los que lo oyeron en el estadio, los que lo vieron en la televisión, los que lo siguieron por radio: toda esa gente que acaso sintió como yo...
Entre los mortales puede hacerse dos grupos, según su grado de apego a la existencia: los que avaros la consumen por cuentagotas, y los que la derrochan a torrentes. Ralph del Campo perteneció a este segundo grupo.
¡Requiescat in pace!..
Justino Cornejo Vizcaíno
ALGO MÁS DEL PERSONAJE
Educador, escritor y periodista
Sus padres fueron: Alberto Cornejo y Ninfa Vizcaíno. Él inició sus estudios en la Academia “Miguel Seminario” y después trabajó en una tienda.
A los 15 años fue el alumno más distinguido del cantón y obtuvo una beca de “20 sucres mensuales” que le permitió continuar sus estudios de normalista. Se graduó en1924. Aprendió el idioma francés.
Fue escritor, lingüista, folclorista, académico de la Lengua y periodista. Enseñó en el colegio Juan Montalvo y Manuela Cañizares, de Quito.
En 1934 se casó con Emma Cousin Carrión y tuvieron tres hijos. En el gobierno de José María Velasco Ibarra, en 1935, fue detenido por participar con sus alumnos en una manifestación contra el expresidente.
Publicó 10 libros como “Homenaje a Alfaro” o “Refranes Castellanos en la obra de Juan Montalvo”. Murió a los 84 años en Guayaquil, el 24 de julio de 1988. (I)