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Grandes plumas: Gabriela Mistral
RECADO DE LIBROS
Se ha quedado corriendo fluvialmente a lo ancho de la América Central, el libro “Cuentos de Barro”, de Salarrué, y no ha alcanzado la edición, urgida de tiraje, hacia la América del Sur. Existen las Américas de partidos segmentos. Centro América corresponde a la falange mexicana y forma con ella una de las cuatro Américas que yo suelo enumerar.
Cuando pienso en los núcleos personales de americanidad pura, con que cuenta –a Dios gracias– nuestro continente descastado, me viene entre los primeros este nombre de Salarrué (fusión de dos apellidos) y veo al dueño de esa racionalidad que le amo tanto y oigo su prosa como quien escucha cafetal o plantío de caña. Retengo la imagen física y entrego la oreja mucho tiempo; hallo una dicha grande en estas comunicaciones con criatura de veras nuestra.
El hombre es un vasco hermoso y limpio como una copa de plata. Hecho por la madre con la mejor plata humana, y así luce, por donde lo vuelvan, de honradez, de claridad y de firmeza.
Frecuenta unas Teosofías que no le hacen daño ni en turbia confusión ni en salto de trampolín, desde este mundo.
GABRIELA MISTRAL
→Tomado de Semana Gráfica, de un especial escrito por Mistral en
EL TELÉGRAFO.
La escritora chilena al recibir el Premio Nobel de Literatura, que lo obtuvo en 1945.
Algo más del personaje
Gabriela Mistral y Ecuador
En 1928 representa a Chile y Ecuador en el Congreso de la Federación Internacional Universitaria en Madrid, y trabaja en el Consejo Administrativo del Instituto Cinematográfico Educativo de la Liga de las Naciones, en Roma (Italia). Cervantes.es, Bibliotecas y Documentación, marzo 2017, España.
La poeta chilena llegó al país en 1939.
A su llegada a Guayaquil, Mistral conoció a la poeta Adela Velasco. Fue ella quien, ante su resistencia a postular por el Premio Nobel de Literatura, escribió al presidente de Chile, Aguirre Cerda, para presentar su candidatura, sin siquiera consultarle. Información publicada en EL TELÉGRAFO el 27 de abril de 2016.
Seis años más tarde, Mistral llegó desde Brasil a la Academia sueca para recibir el Premio Nobel de Literatura, en el buque llamado Ecuador. “El paso de los premios Nobel de Literatura por Ecuador sacudió su cotidianidad”. Así se registró en las páginas de EL TELÉGRAFO.