En las casas ubicadas en la parte baja de la ciudadela Urbanor, en el norte del cantón, se mantienen los problemas de aguas estancadas, porque en  las calles y peatonales se empoza el líquido y el lodo baja de  las partes altas.

En antaño, la zona elevada  era un cerro que estaba a pocos metros de la avenida Las Aguas (en el norte). Con el transcurso del tiempo tanto la elevación como las laderas fueron habitadas y pavimentadas.

Pero en 7 de las 10 vías que integran el sector, en cada invierno (más de 15 años) se presentan problemas de inundación, a pesar de que hay dos zanjas para que desfogue de forma rápida el agua. Sin embargo, en estos puntos no se cumple la función por la maleza y la basura que se observa.

Héctor Reyes, vecino del sector, denunció que las brigadas de limpieza de la concesionaria Interagua no realizan su trabajo con regularidad para prevenir las inundaciones en estos puntos. La última vez que se trabajó en los canales, aseguró, fue en abril del año pasado.

“A veces hay problemas entre vecinos porque se culpan, pero es asunto de las zanjas”.Los moradores que habitan al pie de estos sectores indicaron que lo mencionado representa doble molestia por los peligros de resbalarse y los malos olores que emanan.

En la parte baja funcionan tiendas de abarrotes, lavanderías y panaderías. Daniel Molina, propietario de uno de los locales, como el año anterior, amaneció retirando el lodo de  las veredas.

La tierra y la basura que se deslizaron en la primera lluvia de esta semana provocaron que las alcantarillas se taparan y el agua subiera a 30 centímetros.

Molina consideró que la baja intensidad de la reciente precipitación no ha causado  pérdidas, pero advirtió que el peligro de inundación es permanente. Ante esos inconvenientes ha construido un muro de 40 centímetros para que no entre agua en la tienda. “También me ha tocado sacar lodo de mi negocio”.

A pesar de que los moradores contratan a un trabajador particular para que limpie las alcantarillas  periódicamente, la basura que resbala por las laderas “echa abajo todo el trabajo”, recordó Molina, quien precisó que han cancelado hasta 100 dólares.

Otra de las quejas es que algunas viviendas tienen un tubo para desagüe que va directamente a la calle. En el callejón 15 una ferretería tiene dos ductos que conducen las aguas residuales hacia la calle. A pocos metros de ahí, otro tubo sale de una casa de dos plantas, pero fue parcialmente tapado con maleza.

Según María Fernanda Flor, quien vive hace 10 años en el lugar, los citados canales solo sirven para eliminar   líquidos usados para lavar pisos.

Además, los moradores explicaron que los malos olores, originados durante las lluvias, se deben a que en el barrio colapsan las zanjas que contienen agua putrefacta. “A veces hay problemas entre vecinos porque se culpan, pero es por las zanjas”.  

Los moradores solicitaron a Interagua y Puerto Limpio que, oportunamente, den mantenimiento a los canales y a las alcantarillas para prevenir posibles inundaciones en el invierno.

DATOS

En enero del año pasado, en Urbanor, donde están asentadas más de 1.000 viviendas, hubo mayores problemas por los chubascos.

En la ciudadela, la falta de desfogue del sistema de alcantarillado provocó que el año pasado se rebosaran   las aguas.

Según el Municipio, el próximo año toda la ciudad contará con las redes de alcantarillado. Actualmente, la cobertura es del 90%.