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El Telégrafo
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La cuneta se desborda frecuentemente

Las anegaciones afectan a Urbanor y a Urdenor 2

Los vecinos de las dos ciudadelas de Guayaquil denuncian que la cuneta se obstruye con la basura y los escombros que bajan del cerro.
Los vecinos de las dos ciudadelas de Guayaquil denuncian que la cuneta se obstruye con la basura y los escombros que bajan del cerro.
Foto: José Morán / El Telégrafo
15 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Guayaquil

José Carrillo, habitante de Urdenor 2, sabe cuáles son las rejillas de su barrio que se abren manualmente con facilidad. Él se ve obligado a limpiar los sumideros de aguas lluvias cada vez que hay aguaceros en ese sector del norte de Guayaquil. “La tapa está sellada por el lodo, pero la otra se alza fácilmente”, explica el vecino de la manzana 203.

Su barrio, que está en una de las zonas residenciales, queda anegado por el taponamiento de las alcantarillas debido a que el líquido y la tierra bajan con fuerza desde los cerros aledaños.  

Carrillo, quien lleva 14 años en el barrio, detalla que las nuevas rejillas que colocaron se obstruyen con facilidad. “No permiten que filtre rápido el líquido”.   

Para que su inmueble no quede inundado ha construido en su vivienda barreras de cemento. El ciudadano recuerda que personal de la concesionaria de agua potable y alcantarillado, Interagua, hace limpieza, pero el inconveniente persiste. “El nivel del agua llega a un metro de altura”, puntualizó.

Junto a ese barrio se encuentra Urbanor. En este sitio hay un canal abierto, de aguas lluvias, que tiene por finalidad evacuarlas. No obstante, se desborda durante las precipitaciones.

Susana Rodríguez, vecina de la manzana 119, denuncia que la basura que flota en la cuneta tapona las tuberías del área. “Los desechos vienen de otros sectores”.
Incluso, su inmueble, que está al pie de la cuneta, queda anegado. Ella vive desde hace 27 año en el vecindario, pero no ha habido una solución definitiva.

Rodríguez señala que en el agua se observan heces fecales, a pesar de que el canal no es de alcantarillado sanitario.

Ambos barrios están junto a la Avenida Las Aguas, frente a Mapasingue. Se encuentra en una zona baja. Los moradores coinciden en que todo el flujo cae como cascada.
Rosario Robles, de la manzana 164, ratifica que la concesionaria suele efectuar limpiezas y retirar el monte, aunque esas medidas no ponen fin al problema. “Aquí hay malos olores y mosquitos por el agua estancada”.

A eso se suma que el asfalto que está junto al cauce poco a poco se ha ido desmoronando.

En una carta enviada a diario EL TELÉGRAFO, los residentes piden al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, que implemente, de forma urgente, un drenaje acorde al volumen de agua existente en esta zona, pues no es comparable con el de ningún otro barrio. (I)

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