La mano firme del dibujante Luis Figueroa

La mañana es soledada... tiene un remanso de tranquilidad que poco a poco se inquieta con la agitada vida de los guayaquileños. Esa vida de vértigo, de sobresaltos, de corre corre. Esa vida en donde impera el grito del vendedor ambulante y el rugir de los motores de los vehículos. Ahí, en una de las bancas del malecón de Guayaquil, de ese sitio que perdió el encanto de antaño, está Luis Figueroa, un artesano que dibuja desde pequeño y que todo el día pasa rodeado de lápices, carboncillos, colores y retratos de personajes célebres como Albert Einsten, Ramón Valdez y Elvis Presley.

Sus primeros bocetos fueron letras que veía en algunos letreros, cuando su mente de niño aún no asimilaba que se trataba de letras. Solo dibujaba lo que veía. “Era ese deseo de hacer algo, de hacer mis primeros trazos. Creo que ya se estaba formando el artista”, recuerda.

Ahora, a sus 51 años de edad, está dedicado al arte en todos sus ámbitos, desde retratos con carboncillo hasta pinturas al óleo y tiza pastel. Mientras la gente, de pasada, da un vistazo al trabajo que hace Figueroa, él funde el carbón en el papel y le da forma al rostro de un cliente que quiere un retrato para dejarles de recuerdo a sus hijos y nietos. “Nunca hay que olvidar que el cliente quiere que el trabajo sea muy real, mucho más si es un recuerdo”.

Sin perder la concentración, el retratista cuenta que aunque demostraba talento con el dibujo ya desde los 10 años, no contó con el apoyo de su familia, así que debió perfeccionar su técnica por sí mismo. “Mi familia quería que sea un profesional y veía al arte como una alternativa”. Primero fue un aficionado al dibujo y la pintura, pero ya a la edad de 37 años logró estudiar 3 años en el Colegio Fiscal de Bellas Artes Juan José Plaza. "Fue una iniciativa mía, quería que esto se convierta en oficio y de aquí poder comer”.

El arte le corre por las venas desde niño y sus hijos han heredado esa inclinación artística. Sus 4 hijos nacieron con un lápiz o un pincel en las manos. “Son muy buenos en esta actividad de hacer retratos y dibujos. El último que tengo me salió hasta músico”, añadió orgulloso. Sin embargo, aspira a que ellos “usen el dibujo como una afición, mas no como una profesión. Con esto vivo, pero prefiero que ellos se conviertan en profesionales. Yo creo que es la aspiración de todo padre”.

El retratado del momento es Enrique Vela, quien escucha atentamente una de las anécdotas que más recuerda Figueroa. Pero no se mueve para que el dibujo salga perfecto. "Hace 5 años Figueroa se encontraba en la calle 10 de Agosto, cuando un niño que paseaba con sus padres lo vio, se detuvo y de pronto halaba con fuerza a su madre. "Mami, mami! ¡Eso es magia!”, al referirse a sus retratos.

El pintor se quedó en silencio y se detuvo un momento, tal vez transportándose en aquella escena de su vida y agrega con voz firme y conmovida “nunca me he de olvidar de eso. Para mí fue como un piropo”.

Sus manos mantienen una firme precisión. Cuenta que hay clientes que son muy exigentes, pero que independiente a las exigencias de quien le paga por su trabajo, él prefiere que se vaya contento y que no solo regrese, sino también que lo recomiende. “Más que el dinero busco la satisfacción total de quien se viene a sentar a que le hagan un retrato”.

Durante sus casi 12 años ha trabajado en el Malecón Simón Bolívar, ha retratado a personajes conocidos como la ex miss Ecuador María Susana Rivadeneira, a Carlos Pérez Perasso, director de Diario El Universo y al expresidente Rodrigo Borja Cevallos. “No recuerdo a otros porque muchas veces son famosos pero yo no los ubico”.

Cuenta que las épocas en que más solicitan de sus servicios son en febrero, por San Valentín, y en las fiestas del 25 de Julio. También suele viajar en las festividades de los cantones. En carnaval va a Ambato a la Fiesta de las Flores y las Frutas.

En promedio hace 5 retratos por día. Sin embargo, los fines de semana puede hacer 20 o 30. Cada retrato tiene un precio de 10 dólares y sus caricaturas de 5 a 7 dólares. Trabaja de lunes a domingo de 6:00 a 18:00.

“Perfecto, no se puede pedir más”, expresa Vela al recibir el dibujo de Luis Figueroa, que para concluir, firma y escribe la fecha para que así sea recordada aquella mañana en el Malecón Simón Bolívar.

Datos

Cada retrato tieneun precio de 10 dólares. Las caricaturas cuestan 7 dólares. El tiempo estimado para la primera es de 30 minutos.

María Susana Rivadeneria, ex miss Ecuador, y el doctor Rodrigo Borja, expresidente, constan entre los personajes connotados que ha retratado.

Aunque a la familia no le agradaba la idea de que sea artista, cuando tenía 37 años decidió estudiar en Bellas Artes y perfecionar la técnica del dibujo.

Este artista habita con su familia en el Suburbio Oeste, Chambers y la 46.