"El ser humano fue creado para ser feliz"

Su forma de hablar, su sonrisa, sus gestos, su carisma y su vestimenta denotan cierta familiaridad. Han pasado más de 4 décadas desde la primera vez que apareció en televisión. Se trata de un personaje fácil de recordar. El payasito Tiko Tiko fue creado por Ernesto Huertas Carrillo; y con él ha logrado que varias generaciones estén marcadas por la inocencia de este singular personaje, que no tiene edad, no asusta y no cuenta chistes, mucho menos los de doble sentido.

El estilo de vida que mantiene, se refleja en la tranquilidad y silencio que alberga su hogar. Su traje, su pintura y su estilo son propios de un clown (payaso), pero él no se considera uno de ellos. “Yo creo que Tiko Tiko es un personaje infantil, no tengo esa virtud de hacer reír al público, no hago chistes, yo hago música. Tiko Tiko es un personaje musical”, afirma mientras bebe agua.

Es musical y también educativo. Con sus canciones ha logrado cumplir con el deseo que todo padre tiene, de enseñar a sus hijos de manera didáctica y entretenida. Su mayor club de fans, admite, está integrado por adultos que hace más de 3 décadas bailaban al ritmo de ‘mi lápiz tiene una canción y se la canto yo, escribe sin parar amigo del lápiz soy...’; o que al verlo le mencionan haber aprendido sobre los planetas al son de ‘El sistema solar’ y a cuidar de la naturaleza con las estrofas de ‘El Árbol’. Eso denota que su mayor fanaticada supera los 30 años.
Ser piloto comercial le ha permitido explorar el mundo. Conoce varios lugares en donde ha tratado con personas de otras creencias y costumbres.

Didáctico y emprendedor

Tiko Tiko regresó para quedarse, dice Huertas. Su pasión por la música la desarrolló desde muy pequeño. Ernestico, como lo llamaban de cariño en su país natal, Colombia, dio origen a su nombre artístico. “Ernesto o Ernestico nació en Bogotá, pero Tiko Tiko es guayaquileño”.

¡Ya comienza el programa, Tiko Tiko está aquí!, es una de las frases con la que grandes y pequeños identifican a este emblemático payasito. Con 45 años de trayectoria aún recuerda la primera vez que se pintó el rostro. Era cantante, presentador y productor y decidió incursionar en el mundo infantil.

Llegó a Ecuador con el pretexto de la inauguración de un hotel. Transcurría 1972 cuando en un programa televisivo tuvo que interpretar una balada titulada Payasito. Para ello le pidió a ‘Cartuchito’, el payaso del canal, que le prestara su indumentaria y maquillaje. Al final de la presentación los comentarios fueron favorables.

Poco después, junto con el productor venezolano Claudio Cefa, a quien Ernesto había conocido en Colombia, iniciaron el Show de Tiko Tiko. Huertas asegura que no tuvo ni la más mínima idea de interpretar a este personaje, pero cuando la oportunidad se le presentó, no la dejó ir.

Su primera etapa como Tiko Tiko duró 20 años, luego se fue a trabajar en Nueva York, Miami y Colombia; pero después de 10 años regresó para quedarse. “El cariño que tenía aquí no lo iba a perder ni a encontrar en todas partes, por eso regresé, porque amo este país y a todos ustedes”.

Elegante y auténtico

Con colores rojo, blanco y unos cuantos relieves en negro, va marcando alrededor de sus ojos esas rayitas bicolores que hacen destacar su mirada, la misma que aún refleja aquel niño que lleva dentro. El maquillaje que utiliza es básico, una crema y talco son indispensables para proteger el rostro. Su pequeña nariz roja le impide estornudar cuando tiene gripe. “El peor enemigo de un payaso es esta enfermedad”.

No cambia la voz al hablar y no utiliza zapatos grandes, él es auténtico y elegante al vestir. Un traje de luces, guantes, pantalón blanco y un sombrero que reafirma su ya tradicional peluca, se han convertido en sus implementos principales. Una hora de maquillajes y arreglos para cada presentación es el tiempo que se toma para darle vida a su personaje.

Tiene 30 chaquetas de diversos colores, pero las que más resaltan en su armario son las infaltables chaquetas de color rojo, que contrastan con sus elegantes zapatos blancos y corbatín, también rojo. Con una energía y vitalidad envidiables, él canta y baila en fiestas infantiles todas las semanas, además del programa de televisión que aún mantiene desde el 2003 por la señal ETV Telerama.

Desde allí propone a los niños sus juegos, bailes, canciones y segmentos como ‘Manitos creadoras’, que intenta enseñarles a realizar trabajos manuales con materiales reciclados; ‘Cámara viajera’, que invita a recorrer los lugares más importantes de la ciudad y del país; ‘El rincón de Tiko Tiko’, donde comparte el contenido de las cartas que le envían los niños; y los ‘Experimentos de ciencias’.

Como él mismo dice, es más conocido que la sopa, es tan famoso que hasta el presidente Rafael Correa cantó y bailó sus canciones. Siempre está informado de la realidad nacional y del mundo.

Una forma de vida diferente

Su buena condición física es producto de la vida sana que lleva. Se alimenta con vegetales, realiza ejercicios y cuida su piel. Aprender algo nuevo cada día, es lo que a Ernesto Huertas, lo motiva a prepararse. Es diplomático graduado en la Universidad Complutense de Madrid y ahora los temas espirituales y las diferentes doctrinas le llaman la atención.

No se preocupa por nada y está convencido de que un ser humano puede llegar a ser feliz, siempre y cuando tenga a Dios en primer lugar. Su filosofía de vida está en el presente, por eso guarda muy pocos recuerdos y fotografías, para no añorar tiempos pasados. “Despertar en la mañana, constatar que estoy vivo, es un motivo de alegría. Además me divierte lo que hago, y tengo la ventaja de que me pagan por eso”.

Hay dos fuerzas que mueven al mundo: el amor y el miedo, pero resalta que más importante es el amor que debemos tener por nosotros mismos, ya que al no querernos a sí mismo, nunca podremos querer a quienes nos rodean. El miedo es secundario si existe amor.

Ernesto evita hablar de su vida privada, especialmente de su misteriosa edad. Por ello siempre llevará la cara pintada, ya que el anonimato es muy importante para él, casi nunca se lo ha visto sin maquillaje, prefiere mantener su bajo perfil. (I)