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El Telégrafo
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La ley busca brindarles protección a las mascotas

El largo camino hacia un Ecuador más animalista y responsable

Algunos refugios son visitados por personas que llevan alimentos a los animales y apoyan el objetivo. Foto: Archivo
Algunos refugios son visitados por personas que llevan alimentos a los animales y apoyan el objetivo. Foto: Archivo
04 de octubre de 2015 - 00:00 - Geanella Menéndez Loor. Estudiante de la UIDE

La dura realidad de los animales abandonados en las calles ha motivado a la sociedad ecuatoriana a tomar acciones. Perros y gatos habitan en el frío o calor del asfalto; unos siendo maltratados, otros ignorados por completo. También están aquellos que desafortunadamente no logran llegar al otro lado de la vía.

Los animalistas en Guayaquil ofrecen su ayuda cada vez que se encuentran con el caso de un perro o un gato en malas condiciones. Con el tiempo han conformado fundaciones que luchan por su bienestar, como es el caso de Rescate Animal, organización que nació hace tres años por iniciativa de Jordana Valverde. Se financia por donaciones voluntarias y a través de las redes sociales dan a conocer cada caso; quienes se encuentran en posición de ayudar, lo hacen desinteresadamente. También cuentan con un bazar animalista que sirve como soporte de ingresos extra, para poder financiar los costosos cuidados que requieren los animales.

Para salvarlos del abandono

Rescate Animal y la Unidad de Rescate y Recuperación Animal (URRA), perteneciente a la Prefectura del Guayas, se unen constantemente por el bienestar de los animales abandonados. Gabriela Franco, jefa de voluntarios de Rescate Animal, comenta que URRA da atención veterinaria en la provincia y también atiende algunos casos específicos de Rescate Animal, mientras ellos se encargan de encontrar una familia que pueda darles espacio y cariño hasta que se encuentren completamente recuperados y pasen a manos de quien los adopte para siempre.  

A diferencia de Amigos con Cola, que es una fundación que se formalizó hace 2 años y trabaja como refugio, Rescate Animal opera por medio de familias voluntarias que se encargan del animal temporalmente hasta que se encuentre en mejores condiciones para la adopción. Franco recalca que las familias no corren con gastos; “es la fundación la que se encarga de la atención veterinaria, de la alimentación y del traslado del animal”.

Amigos con Cola, por su parte, mantiene como actividad paralela una revista con el mismo nombre. La publicación es financiada por Javier Cevallos y su familia, al igual que la fundación, la cual nació hace 15 años. Una de las fuentes de ingresos de esta organización es su centro de esterilizaciones, muy aparte de las donaciones que reciben y el pequeño margen de ganancia por parte de la revista. “La revista de fundación Amigos con Cola busca el bienestar animal mediante consejos de tenencia responsable, noticias locales y foráneas sobre iniciativas a favor de los animales, descubrimientos científicos, entre otros temas que son del interés de la sociedad animalista”, destaca Cevallos.

La Fundación Amigos de los Animales (FADA), ubicada al norte de Guayaquil, es otra de las reconocidas organizaciones que se han dedicado al bienestar animal por años. Margarita Arosemena, su iniciadora, empezó con la fundación concebida únicamente como refugio para perros mayores de 8 años, tipo ‘ancianato’. Con el tiempo se daría cuenta de que los adoptantes no tenían mayor interés en llevarse a los perros mayores, además de que la organización también rescataba y llevaba animales a su refugio, por lo que el lugar empezó a crecer y se quedaban muchos más animales de los que eran adoptados.

FADA también se financia por medio de donaciones mensuales de personas naturales y empresas, pero ya no se dedica al rescate, sino exclusivamente a mantener su refugio, por falta de espacio. Nadia Díaz Bajaña, activista de FADA, comenta que cada persona en la fundación tiene su responsabilidad, y que no cuentan  con muchos voluntarios actualmente. “El problema con el voluntariado es que el compromiso nunca es permanente; la gente no se compromete con un mismo ideal”.

Las redes sociales han brindado una gran oportunidad a las fundaciones animalistas. Antes, la ayuda que se solicitaba para los diferentes casos de maltrato o simplemente para conseguir nuevos dueños para un perro o gato era hasta cierto punto ‘primitiva’. Con las redes sociales, las entidades pueden llegar a personas verdaderamente interesadas en la causa. Rescate Animal destaca la gran difusión por medio de sus redes sociales en cuanto a fotos de animales que están listos para ser adoptados, además de mantener informados a sus seguidores de su estado.

Requisitos de adopción

La adopción de los animales se da mediante un pequeño proceso. La persona interesada debe llenar un formulario donde se le solicita información de sí misma y de su hogar. Aspectos como alergias en la familia o alguna mala experiencia por parte de un miembro resultan ser factores decisivos al momento de dar en adopción a una mascota. Una vez que el formulario es analizado, el paso final es la visita al domicilio donde se hará la entrega del animal. “Fundación Rescate Animal se asegura mucho de que los rescatados vayan a un lugar seguro, donde realmente los vayan a cuidar”, asegura Gabriela Franco.

En Amigos con Cola, el proceso es similar. “Se elabora un contrato donde se compromete al adoptante a autorizar a la fundación a vigilar la adopción y a que el animal sea esterilizado. Cuando viene una persona a adoptar, le hago un ‘escáner psicológico’, me tomo todo el tiempo para conversar a fondo y conocer sus motivaciones”, comenta Javier Cevallos. Y es que las fundaciones tratan de asegurar el bienestar del animal y de minimizar el riesgo de retorno. Sin embargo, según Cevallos, “existe la opción de que uno se equivoque y de que la persona no sea un buen adoptante”.

Las fundaciones también realizan visitas post-adopción para asegurar el bienestar animal. “Después de tres meses se hace una visita a ese hogar, a esa familia, para ver si en realidad tiene al animalito en las condiciones que prometieron”, indica Nadia Díaz, de FADA. Muy aparte de las devoluciones, después de una adopción también surgen casos en que la fundación se encarga de retirar los animales de un determinado hogar. “Las personas nunca van a aceptar que están haciendo algo mal”, asevera Díaz.

Ley para el bienestar

“La ley nace desde que hay gente consciente de que el maltrato animal es muy severo y no existe una legislación apropiada que los ampare. Nace a partir de varios estudios y de la ayuda de muchos expertos; han colaborado veterinarios, doctores en leyes, gente que maneja estadísticas y fundaciones de otros países, para poder sacarla adelante”, comenta Gabriela Franco, de Rescate Animal.

Sin embargo, en la práctica existe la problemática del incumplimiento de leyes, pues por ordenanza del Municipio de Guayaquil, está prohibido tener amarrado a un perro o expender animales en la calle, cuestión que la ciudadanía desconoce o simplemente pasa por alto.

“El problema con la ley es que si no hay voluntad de las mismas autoridades para que se haga cumplir, sirve de muy poco”, comenta Javier Cevallos, de Amigos con Cola. Por su parte, Nadia Díaz asegura “al Ecuador le hace muchísima falta crecer en el sector animalista”, pero también reconoce que toda ayuda cuenta y suma a una causa que solo busca un buen trato hacia los animales y el respeto que se merecen. “Los jóvenes que empezaron desde pequeños con la causa animalista y ahora tienen 30 años son las personas importantes que no hay que perder de vista, son las personas que luchan”, expresa Díaz.

Actividades de ayuda

“Intentamos participar en todo aquello a lo que nos inviten; intentamos crear eventos que puedan ayudar a hacer conciencia en la sociedad y paralelamente dar animales en adopción, para eso se organizan las jornadas”, indica Gabriela Franco.

Rescate Animal también se preocupa por las colonias felinas que existen en Guayaquil y pensando en esto llevarán a cabo un evento solo para gatos llamado ‘Engatúzate’ en octubre, donde esperan obtener resultados positivos y que la sociedad se involucre.

Amigos con Cola también participa en eventos en calidad de invitados, pero han dejado de organizar actividades propias. Los eventos de esta fundación eran los únicos en 2010 y a partir de ahí “se empezaron a proliferar muchos grupos; ahora hay mucho interés en la gente, sobre todo en los jóvenes sobre este tema, cosa que antes no existía, por la facilidad de comunicación que proporcionan las redes”, asegura Javier Cevallos.

A la semana, Rescate Animal ayuda de 3 a 5 casos y la mayoría se trata de animales que no han tenido dueño o de personas que ya no quieren hacerse cargo. Amigos con Cola ha recibido mascotas por vía de abandono directo en su mayoría, pero actualmente el espacio no permite que puedan movilizarse a recoger animales y llevarlos al refugio. “El animal debe disponer de un espacio mínimo; la carencia de espacio genera disputa del territorio y eso les genera estrés”, explica su director, Javier Cevallos.

Para Nadia Díaz no está mal ‘humanizar’ a los animales porque son parte del día a día. “Todos tenemos al fin y al cabo algo animal en nuestro ser. Muchos olvidan que los perros solo viven de 15 a 17 años y, cuando ya no estén, van a recordar por siempre esa conexión que tuvieron. Aquello les hace ser mejores personas, mejores humanos”.

A finales de 2014, Nadia publicó Mi vida con Polly, un libro en el que relata crónicas muy personales sobre la influencia de su mascota en su vida familiar.

Las fundaciones dedicadas al cuidado y bienestar animal se han fortalecido con el paso del tiempo; muchos voluntarios se han unido a la causa. “La gente hoy en día piensa que las fundaciones podemos resolverlo todo porque han sido las primeras instancias a las que han podido recurrir, la primera ayuda que pueden recibir para los animales”, dice Gabriela Franco.

A pesar de las múltiples acciones, queda claro que todavía falta un largo camino por recorrer, en aras de un Ecuador más animalista y responsable. (I)

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