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La entidad pedirá la máxima sanción tras último incidente

Cinco ataques contra agentes de la ATM, desde 2015

Los agentes de la ATM incrementan los controles en la av. Carlos Julio Arosemena, durante las horas pico.
Los agentes de la ATM incrementan los controles en la av. Carlos Julio Arosemena, durante las horas pico.
Foto: William Orellana / EL TELÉGRAFO
07 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Ciudadanía

Erik Bohórquez permanece en silencio mientras el abogado Hernán Ulloa defiende el proceder del personal de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) en las calles de Guayaquil.

Pero Bohórquez, un agente de la entidad, calla porque sufrió una rotura del tabique y eso le impide mover la mandíbula. El miércoles pasado fue agredido por dos hombres aproximadamente a las 17:40 luego de que la víctima detuvo un bus por una aparente contravención, en la intersección de las calles Rumichaca y 10 de Agosto.

Para la ATM, no es una situación nueva. Desde que la entidad asumió la competencia para el control del tránsito, en agosto de 2015, contabiliza 5 agresiones físicas a su personal, señaló Ulloa.

Según se observa en videos que circulan en redes sociales, los dos agresores se bajaron del bus. Uno de ellos le dio un golpe en la nariz a Bohórquez y el otro lo empujó.

Al día siguiente se pidió prisión preventiva e inició el proceso de instrucción fiscal contra los involucrados, expresó Luis Lalama, jefe de operaciones de la ATM, hace 5 días.

Ulloa aseveró que el personal de la entidad a la que representa legalmente es “intachable en su conducta y que, hasta la presente fecha, no está envuelto en ningún acto de corrupción”.

Sin embargo, en las calles, los conductores tienen algunas observaciones respecto de esta afirmación, especialmente en el centro de la ciudad.

Uno de ellos es la restricción para parquear en doble columna. Además de los choferes infractores, las redes sociales también han expuesto a vehículos de la entidad en la misma contravención.

Lalama admitió la existencia del problema y no desestimó ninguna de las denuncias. Sin precisar cifras, afirmó que el personal de la ATM involucrado en estos hechos ha tenido la sanción respectiva. “Pero son situaciones excepcionales y agradecemos a la ciudadanía por informarnos”.

En noviembre de 2015, un video grabado en la intersección de Junín y Panamá mostró a un agente de la ATM recibir lo que parece ser la licencia de un conductor al que le solicitó detener el vehículo. Luego de unos segundos de revisar el documento, lo devuelve. Pero queda en la mano del uniformado algo que no se alcanza a divisar si es o no dinero.

El individuo fue identificado como César M. M., y su código era 438. “Se ha dispuesto la apertura del respectivo sumario administrativo dentro del cual se aplicarán las sanciones pertinentes, sin perjuicio de las acciones penales que hubiere lugar, para precautelar los valores de honestidad, transparencia y auténtico servicio a la sociedad”, afirmó la entidad en un comunicado publicado en su página web.

En las investigaciones respectivas se dispuso la separación del agente luego de que este no pudiera justificar lo que estaba recibiendo en esa grabación.

Otra denuncia subida en Twitter a través del usuario @peterparker225, el 6 de septiembre del año pasado, muestra a un uniformado circulando en una moto sin retrovisores ni placa, en La Atarazana.

Defensor del agente plantea una pena más alta

El abogado Hernán Ulloa aseguró que los agentes de la ATM procuran prevenir antes que sancionar a los conductores y rechazó la agresión contra el agente Erik Bohórquez.

Ulloa manifestó su inconformidad porque en los 5 casos que ha conocido sobre violencia contra el personal de la entidad, las sanciones han sido mínimas. “Estamos hablando de días o mes y medio como máximo de sanción”.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP), en el artículo 386, establece una pena privativa de libertad de tres días, multa de un salario básico y reducción de 10 puntos en la licencia de conducir al “conductor que falte de obra a la autoridad o agente de tránsito”.

Sin embargo, Ulloa buscará la aplicación del artículo 286 que castiga con una reclusión de seis meses a dos años a “la persona que ataque o se resista con violencia o amenazas a los empleados públicos”.

Acotó que en el caso del agente Bohórquez, se piensa en solicitar la máxima sanción para sentar un precedente que evite que tales hechos se vuelvan a dar. Adicionalmente, se presentará el agravante de alevosía (ataque por la espalda) que podría incrementar la pena en un tercio de lo estipulado en el artículo 286. (I)

DATOS

En noviembre de 2015, un grupo de motociclistas arrojó una sustancia tóxica a un agente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), mientras este circulaba por la avenida Pedro Menéndez Gilbert.

En marzo de 2016, un conductor atropelló a una uniformada en un intento de huir y evitar una infracción, en las calles Pedro Pablo Gómez y José Mascote.

El mismo mes, una agente fue golpeada en una de sus piernas cuando un vehículo la rozó. El chofer responsable fue amonestado por obstruir un carril en la vía Perimetral.

En diciembre de 2016, un taxista informal forcejeó con personal de la ATM y, en este percance, una de las agentes resultó con golpes en la rodilla. El suceso inició con la detención del conductor en la avenida 25 de Julio.

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