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4 fotógrafos de Guayaquil (II parte)

4 fotógrafos de Guayaquil (II parte)
30 de noviembre de 2014 - 00:00 - Ángel Emilio Hidalgo, Historiador

Enrique de Grau e Iscla nació en Barcelona (España) y se estableció en Guayaquil, en 1905.1 En 1907, su galería fotográfica La Moderna estaba ubicada en la calle Luque N° 121, “sobre el conocido y popular salón de Maulme”,2 y luego “en los altos del Salón de López & Domingo”.3

En un anuncio publicado en 1907, se promociona como especialista en retratos “al natural, ampliaciones, reproducciones de retratos antiguos” y también ofrece “postales, estampillas, vistas de Guayaquil, en colores transparentes”.4 En 1916, Enrique de Grau se había mudado en la misma cuadra, a Luque 113, y seguía elaborando retratos, reproducciones y vistas del Ecuador.5 Cinco años después se anuncia en el directorio telefónico de Guayaquil, en la sección correspondiente a ‘Fotografías’, junto a sus colegas Nicolás Bayona, Nicanor Crespo, Miguel Jaramillo, Antonio Lamota, Polastri & Jaramillo y Ángel Wah Hing.6

De Grau fue un fotógrafo bien relacionado, pues participó en proyectos editoriales de gran envergadura como El Ecuador. Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la República (1909) -donde también colaboró la sociedad Menéndez & Jaramillo-, Guayaquil en la mano, América Libre y El Ecuador en el Centenario de la Independencia de Guayaquil. En los últimos años, Enrique de Grau trabajó en su estudio de Boyacá y Luque, y continuó activo hasta 1969, año de su muerte.7

Miguel Ángel Santos nació en Esmeraldas y en su juventud se trasladó a Guayaquil, antes de 1925, para ejercer su profesión de fotógrafo, alquilando un local en el bulevar 9 de Octubre, entre Noguchi y Boyacá.8

Retratista y documentalista de talento, Santos adquiere rápidamente una buena reputación en la sociedad guayaquileña, y en 1926 aparece en un reportaje que publica la revista Savia. Allí, el reportero se pregunta si alguien en Guayaquil no conoce a Santos. En un interesante diálogo, Santos confiesa que su clientela femenina es la que más le gusta retratarse y son más exigentes que los varones para criticar sus pruebas fotográficas.

Miguel Ángel Santos le cuenta al reportero varias anécdotas que hablan del buen sentido del humor y calidad humana del fotógrafo: “Comenzaré por una muy curiosa en que parece que una plancha hizo el papel de destino; en una media placa le tomé el retrato a un oficial; acababa de salir este cuando llegó una señorita muy conocida de Guayaquil y aproveché la otra mitad de la placa para tomarle una foto. Días después vino esta señorita por la prueba; como no tenía copias listas, le enseñé la placa.

Al verse al lado del militar exclamó:
“Nos ha tomado juntos, ni que fuera yo a casarme con este gallo”. Después vino a ver su prueba el militar y lo raro no está en que se haya quedado locamente enamorado de ella sino que tres meses después vinieron juntos a tomarse una fotografía de novios.

[…] Una montuvia de por allá cerca vino con apuro a las siete de la noche. Esa misma noche se casaba y al día siguiente debía estar en el pueblo, pero como nunca se había retratado quería tomarse una copia de soltera, seguramente para compararla con lo que cambiaría de casada.

No hubo modo de convencerla de que viniese al día siguiente; quería su foto de doncella. Después de alguna insistencia resolví sacarla con magnesio: se puso en pose… enfoqué… y al disparar el magnesio, la Dulcinea cayó patas arriba gritando: ¡Socorro!, ¡me han matado! Seguramente creyó que el fogonazo del magnesio había sido un tiro…”.9

En 1931, Santos era un fotógrafo consagrado que anunciaba a su galería como “la más moderna, la más artística, la más preferida por la élite guayaquileña, la situada en la parte más céntrica de la ciudad”.10 Al mismo tiempo, participaba en las exposiciones de arte que se organizaban en la ciudad. En octubre de 1931 presentó dos fotografías artísticas: ‘Paisaje’ y ‘Cabeza de niño’, en el local de la Sociedad Filantrópica del Guayas, como parte de la decimocuarta exposición de la Asociación Ecuatoriana de Bellas Artes Alere Flammam.11

Rodolfo Peña Echaiz fue un talentoso fotógrafo aficionado, nacido en Guayaquil, que se dedicó a retratar a su círculo familiar. Sus fotografías pueden datarse entre 1921 y1923, pues aparece con su novia y posterior esposa, Carmen Puga Bustamante. Peña es un outsider de la fotografía, pues nunca se propuso vivir de ella 12; sin embargo, sus piezas más valiosas penetran en la cotidianidad de la burguesía guayaquileña de inicios del siglo XX, y representan a decenas de fotógrafos aficionados, cuyas producciones han permanecido en el anonimato.

Peña fue un apasionado por las posibilidades del retrato, sintiéndose atraído por la corriente pictorialista que tenía entre sus principales cultores, en América Latina, a Melitón Rodríguez, a quien imitó en el recurso de la ‘difuminación’ del fondo escenográfico. Además, Peña documentó ensayos teatrales, experimentando con la expresión y gestualidad de los actores, entre los cuales él mismo se incluía.

La obra de estos cuatro fotógrafos de Guayaquil se inscribe en el proceso de transición hacia la fotografía moderna, tanto documental como artística, en la intersección de esa línea porosa que aporta, al mismo tiempo, un doble registro de información y expresión: la fotografía como imagen/objeto y huella de la experiencia de ser en el mundo.

1. Jenny Estrada, Los españoles de Guayaquil, Guayaquil, Sociedad Española de Beneficencia, 1922, p. 186.
2. Pedagogía y Letras, Tomo 1, N° 11, Guayaquil, 30 de abril de 1906.
3. Patria N° 8, Guayaquil, 9 de octubre de 1907. La fotografía original de este salón de bebidas, cuya autoría pertenece a Grau, se conserva en el Archivo Histórico del Guayas.
4. Artes y Letras, Guayaquil, febrero de 1907.
5.  Helios N° 3, Guayaquil, junio de 1916.
6. San Andrés P., Directorio General de Guayaquil, Imprenta Municipal, 1921, p. 74.
7. Jenny Estrada, op. cit., 186.
8. Guayaquil Gráfico, N° 28, Guayaquil, marzo-abril de 1925.
9. Ku Klux Klan, ‘Santos…buen fotógrafo y buen observador’, en Savia, N° 19, Guayaquil, 4 de diciembre de 1926.
10. La Chispa N° 1, Guayaquil, 1 de febrero de 1929.
11. Catálogo de la Asociación Ecuatoriana de Bellas Artes Alere Flammam, Guayaquil, 1939.
12. Según información facilitada por su hija, Magdalena Peña Puga vda. de Puga, el fotógrafo Peña fue Comandante de Bomba del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y trabajó muchos años como empleado del Banco del Ecuador y el Banco de Descuento, asesorando a su amigo personal, Carlos Julio Arosemena Tola.

(Texto extraído de: Ángel Emilio Hidalgo, Guayaquil. Los Diez-Los Veinte, Quito, Consejo Nacional de Cultura, 2009).

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