El pequeño ‘Paquirri’ es el encargado de abrir la puerta en la casa de la familia Sornoza. Se trata de Julio Pilay, de 5 años y primo de Júnior,  el 10 de Independiente del Valle.

Varios familiares del volante se reunieron en su barrio, Briones, arriba del estadio Reales Tamarindos, en Portoviejo.   

Pero nadie se quiere mover cuando alguien toca la puerta, solo ‘Paquirri’. Fue justamente Júnior quien apodó así al pequeño Julio, quien lleva una camiseta de Independiente, el equipo del que es hincha. El menor dice que su apellido es Sornoza y que quiere ser como su primo cuando sea grande.

A su edad no entiende la magnitud de lo que su primo mayor se juega en la cancha del Olímpico Atahualpa. Entra y sale de la casa y se queda por momentos viendo la televisión, que está empotrada en una de las paredes de la sala. Con los comentarios de un canal colombiano, los familiares de Júnior Sornoza vibran. Cada vez que el ‘Zorro’ coge el balón, su tía Mayra Moreira grita desenfrenadamente... “Oye muchacho, pégale y haz el gol”.

Quien está a cargo de la casa es doña María Asunción Velásquez, la abuela materna del futbolista. Los padres de este, Gaspar Sornoza y Carmen Moreira, están en Quito, apoyando a su hijo desde las gradas del Atahualpa. También viajaron a la capital las hermanas Coraima y Elizabeth. En la sala, María Elena lanza: “yo también soy hermana de Júnior, pero no pude viajar al partido por mi trabajo”.

Con el 0-0, los primos del volante portovejense van y vienen de la sala. Hay nerviosismo. Cuando llega el gol de Atlético Nacional, doña María Asunción dice de inmediato “esto recién empieza, quiero gritar un gol de Júnior”.  

Entre el partido, la señora cuenta cómo era Júnior en su infancia. Era muy obediente. “Él siempre ha sido un caballerito. Cuando salía a jugar pelota regresaba a la casa a las 6:30 (pm), comía un arroz con tortilla de huevo, un jugo y a las 7:30 ya estaba dormido, era un pollito”.

En la televisión aparece el jugador número 10 de Independiente y su familia grita: “vamos Sornoza, demuestra que tú puedes”.

Los padres y hermanas del ‘Zorro’ viajaron en la madrugada previo al partido. Doña María Asunción quiso ir también, pero por problemas de salud no pudo. “No tengo ninguna camiseta de mi niño, quiero que me regale la de la final, con la que quede campeón”.

En el medio tiempo, la orgullosa abuela indica que cada lunes que Júnior viaja desde Sangolquí hasta Portoviejo, lo primero que hace es pedir a su madre que le tenga listo un pescado. “Le gusta la cucharita frita, el encebollado y el ceviche”.

La ansiedad por el gol de Independiente cesó cuando Arturo Mina mandó el balón al fondo del arco. El pase no podía ser sino de Júnior Sornoza. El grito de gol se  escuchó en toda el barrio Briones. Más de un vecino se asoma a la casa para celebrar con la familia.  

El tiempo se cumple y de inmediato todos los primos y vecinos se paran, lo primero que hacen es abrazarse. Las camisetas de Independiente son mayoría entre ellos. “Todo se define en Colombia”, grita la tía Mayra, madre de ‘Paquirri’. (I)