La selección ecuatoriana no aprobó su primer examen en la edición 28 del Campeonato Sudamericano Sub-20 y cayó 1-0 frente a Brasil, en el duelo que completó anoche la primera fecha del grupo A del certamen. Este jueves intentará recuperar terreno ante Colombia, en lance de la segunda jornada.

Dos banderas gigantes y juegos pirotécnicos remarcan el ambiente de fiesta que se vive en el estadio Olímpico de Riobamba. Momentos antes del inicio, un hombre en el bombo, seguido por varios en las trompetas, pone a la gente de pie. Las tonadas de la canción ‘A mi lindo Ecuador’ son seguidas con tarareos por los hinchas.

El simpatizante Jorge Avilés (laboratorista clínico de 45 años) revela que hacía bastante tiempo que el principal escenario deportivo de la provincia no se llenaba; considera que fijar en precios populares las entradas: $ 1,50  la general, y $ 3 la tribuna, es una idea acertada para conseguirlas.

El sol, que por fin agacha la cabeza, le pasa la posta a las luminarias del coloso, que se encienden lentamente, anunciando a la vez que es momento de recurrir a la ropa abrigada para repeler el frío que se cuela en los graderíos.

A los dos minutos de iniciado el compromiso, el pueblo se entusiasma: remate desviado de Jordy Caicedo. Pero los primeros ánimos del público no son para los jugadores, sino para el árbitro uruguayo Jonathan Fuentes, quien deja dudas en decisiones, aparentemente, contrarias al dueños de casa.

“De esas, hay pocas”, comenta el aficionado Víctor Cevallos (profesor universitario de 49 años), tras la increíble oportunidad de gol que acaba de perder Bryan Cabezas a los 32 minutos, dejando bien librado al golero Caique. Pese a ello, la acción devuelve la confianza a los aficionados, quienes entonan el grito de guerra local: “¡Sí se puede, sí se puede...!”, a la espera de que en la próxima ocasión sí se pueda vulnerar el arco visitante.

Previo a esa acción, a los 29’, un disparo de Jordy Caicedo, que voló por la terraza ‘canarinha’ y un tiro de Cabezas, son las ocasiones más claras de la ‘Tri’.   

Brasil es más en la generación ofensiva, pero sus remates son infructuosos; el meta José Gabriel Cevallos pasa por paredón a los 8’, bajo la mira de Lucas Paquetá; a los 16 en la de Felipe Vizeu, a los 22 en línea recta del cañón de Richarlison, pero su valla resulta ilesa.

Segunda parte

Brasil parece dispuesto a liquidar a Ecuador; su avalancha humana pone contra las cuerdas al combinado equinoccial, que no atina a reaccionar. Fruto de la presión, a los 46 minutos, William Vargas comete una falta; Fuentes no duda, le levanta por segunda vez la tarjeta amarilla y después le exhibe la roja.

La expulsión del compatriota baja aún más la temperatura en los fanáticos, quienes gesticulan su molestia por la acción.

Con un hombre más en el tapete, el ‘scratch’ se evidencia muy cómodo, sus exponentes aceleran la estampida y asustan a sus adversarios. En providencial chilena, Luis Segovia saca la pelota del arco; mas su pirueta se devalúa a los 52’, instante en que Felipe Vizeu pone en ventaja a Brasil después de interceptar un pase de Richarlison.

La alegría brasileña se paga con la tristeza ecuatoriana. Las gradas del recinto deportivo parecen una foto, los aficionados no se mueven y el debut se vuelve amargo.

Las salidas de Jordy Caicedo y Washington Corozo, para abrirles paso a Jordan Sierra y Herlin Lino, no suplen la inferioridad numérica; el plantel forastero sigue mandando y teniendo el balón; mejora todavía con las variantes de Rogeiro por Guilherme Arana y de Giovanny por Richarlison.

En su último intento por equiparar el juego y, al menos, igualar, el timonel de la ‘Tri’, Xavier Rodríguez, saca a Bryan Cabezas y coloca en su lugar a Wilter Ayoví.
Pero el director técnico de Brasil, Rogério Micale, replica con un cambio que reforzará su defensa; saca a Léo Santos y lo sustituye con Lucas Cunha.  

La ventaja y las circunstancias son insuperables. Ecuador no logra el empate. Los seguidores del representativo nacional comienzan a abandonar el estadio. En medio del éxodo, una vendedora intenta desprenderse de sus últimos productos. “No se mueran de iras, mejor compren colas”. (I)