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La discriminación coartó su carrera futbolística

La discriminación coartó su carrera futbolística
Fotos: Tony Torres
08 de julio de 2020 - 00:00 - Redacción Fanático

Sin el brazo derecho, pero con un talento innato en las piernas, el exfutbolista ecuatoriano Tony Torres fraguó su carrera en el fútbol ecuatoriano, que tuvo su punto culminante cuando disputó la serie A en 1997 con Deportivo Quevedo.

Cuando tenía cuatro años sufrió un accidente en el recinto La Virginia (donde nació), colindante a Quevedo (provincia de Los Ríos). “Jugando con unos primos me caí de la base de mi domicilio; como saben, en el campo existe la costumbre de hacer esas casitas altas de madera y caña”, comentó en una entrevista con Fanático, de Ecuador TV.

Resultado de eso tuvo la rotura de la muñeca, suturaron las heridas, le colocaron yeso, pero las curaciones no fueron bien hechas y se infectó la herida produciendo gangrena. Lo llevaron de emergencia a Guayaquil, pero no pudieron salvar el brazo.

Al principio lo afectó mucho porque los niños suelen ser crueles con otros, entonces aparecen los apodos y el maltrato, pero encontró en el fútbol una llave de escape.

A los siete años se mudó a Manta (provincia de Manabí); ahí su papá armó una cancha de fútbol; dos piedras servían como arcos y Torres pasaba todo el día ahí portando “un pito y una pelota; no sabía si era árbitro o jugador (sonríe), pero desde pequeño me acostumbré a patear el balón”.

Los papás del delantero, Margot Arellano y Rosendo Torres, consiguieron una casa en el barrio Santa Martha, donde descubrió sus dotes con el esférico. Así como en las participaciones en las olimpiadas escolares.

Encontrado el don, Torres se convenció de que podía llegar a ser profesional cuando vio a un jugador con su misma discapacidad defender las camisetas del Bonita Banana o el Carmen Mora de Encalada (no recuerda bien qué club era); entonces se preguntó “si él puede por qué yo no”.

Aunque tuvo que enfrentar mucha discriminación por parte de algunos técnicos que le decían que la Ecuatoriana de Fútbol no aceptaba futbolistas con discapacidad. “Eso me hizo mucho daño porque creo que hubiese jugado profesionalmente desde los 17 o 18 años”, aseveró.

El exatacante estaba tan convencido de que sí le habrían dado la oportunidad con esa edad, cuando más la necesitaba y la “pedía a gritos”, no solo pudo haber jugado en clubes del Ecuador sino en el extranjero.

En el barrio mantense se le metió “el bichito” del fútbol y la espinita de llegar a la primera división del país. Algo que logró tras jugar en el fútbol amateur y en Segunda Categoría con el América de Portoviejo (Manabí).

Precisamente en un encuentro entre el cuadro portovejense y Deportivo Quevedo por los torneos zonales de Segunda fue observado por el club de su provincia, que lo contrató en 1995.

Con el Quevedo consiguió el ascenso a la primera división del fútbol local y en 1997 la disputó. El punto más alto de aquella campaña fue convertir el tanto del empate (1-1) ante Emelec en el estadio Capwell al histórico portero Carlos Luis Morales, con lo que “me gradué como futbolista profesional”, aseguró Torres, quien era centro delantero y utilizaba el 9 en su camiseta.

El riosense, de 52 años, rememoró que antes de aquel gol se sentía muy confiado, tanto que el día del partido le dijo al entrenador, Eduardo Granda: “profe, quiero jugar, quiero que me dé la oportunidad porque hoy le hago un gol y no lo defraudé”.

El retiro le llegó a los 27 años, porque la vida le jugó una mala pasada, al enfermarse de fiebre tifoidea, paludismo y hepatitis; casi pierde la vida. “Esto me pasó cuando tenía arreglado de palabra un contrato por tres años con Delfín SC, pero decidí colgar los botines”, dijo con la voz entrecortada.

La semana pasada el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, denunció que existen casos de futbolistas que tienen carné de discapacidad, en medio de un escándalo por el mal uso de estos documentos. Torres expresó que “hace poco saqué mi carné y lo tengo por mi discapacidad, no por tratar de sacar beneficio de aquello o favorecer a segundos”, sentenció.

La única vez que lo ha utilizado fue para que el Estado reconstruya su casa tras el terremoto de abril de 2016. Torres no se olvida de su gran pasión y juega torneos de Sub 40 o Sub 50. (I)

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