El debate sobre la importancia de establecer por reglamento un tope para los salarios de jugadores profesionales data de hace al menos tres años, pero no ha trascendido hacia donde realmente importa: en los estamentos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Sin embargo, este año -en el que se prevé una crisis económica en crecimiento- la medida se ha ido aplicando a criterio de los dirigentes que se apegan a la realidad financiera de sus clubes.

Jorge Guzmán, gerente de la Asociación de Futbolistas del Ecuador (AFE), señaló que los dirigentes nacionales han planteado superficialmente la medida de tope, pero sin convicción. Él estima que los representantes de los clubes llegaron a la misma conclusión de la AFE: “No es verdad que los sueldos sobredimensionados de los jugadores son la causa base de la crisis”.

Guzmán sustenta esta postura manifestando que el 90% de los jugadores profesionales perciben un salario que oscila entre el básico unificado -$ 366- y los $ 3.000.

“Apenas una élite del 10% alcanza sueldos que van de los $ 10.000 hasta más de los $ 50.000”.  Para el dirigente gremial, los mandatarios de los clubes “sobredimensionan el tema salarial para desviar la atención del desorden y los malos manejos de muchos de ellos”.

Acotó que el déficit salarial -que al final del torneo pasado bordeaba los $ 8 millones- se ha reducido  debido a “combos vergonzosos”. “Es como se hace en el Olmedo: te debo $ 4.000 y te pago la mitad, pero firmas como si te pagara todo. Tengo contrato contigo hasta 2017, te pago eso, te doy el pase y ya no te debo nada”.

A pesar de no existir una normativa, algunas instituciones que presentan limitaciones económicas se han sincerado respecto a su capacidad de gasto. Peter Rosales, gerente de Fuerza Amarilla -equipo recién ascendido-, aseguró que lo máximo que pagan en sueldos es $ 8.000.

El administrador tiene claro que solo pueden ajustarse al presupuesto delimitado en su mayoría por los principales sponsors, a la cabeza el Grupo Empresarial Aguilar-Coronel, perteneciente a los mismos dueños del equipo. Esta sociedad se dedica a las actividades mineras y de pesca. También perciben ingresos por derechos de televisión que esta temporada subirán de $ 12.500 a cerca de $ 80.000 mensuales. No cuentan con un rubro fijo de taquilla, pues la variabilidad del flujo de asistencia se los impide.

Realidades diferentes

El ajuste no solo se ha dado en clubes ‘humildes’ como Fuerza Amarilla o el Aucas, que regenta Ramiro Gordón, quien para este 2016 anunció que los salarios ni siquiera se acercarán a los $ 8.000, pues el objetivo es “no gastar más de 100.000 dólares mensuales en nómina, incluido el personal de administración”.  

Un equipo tan popular y otrora oneroso como Barcelona, cambió radicalmente sus políticas salariales, negociando planes de reducción en remuneraciones con los jugadores. La temporada anterior, este diario hizo un estudio en el que estimaba gastos de medio millón de dólares en salarios de la plantilla ‘torera’. Este año, la cifra ha bajado. El vicepresidente Alfredo Cuentas manifestó que “todo es parte de un plan de contracción de presupuesto de entre un 25% y 30%”.

Pero no todos se han visto en esta necesidad. Entidades poderosas, como Liga de Quito, se manejan a su manera. “No tenemos tope salarial, eso se maneja de acuerdo a la oferta y la demanda del mercado. Lo que tenemos es tope del presupuesto que se distribuye, acorde a los ingresos proyectados en el año”, aseguró el directivo ‘albo’ Esteban Paz. (I)