Con los vaivenes que hemos vivido en lo que se refiere a traspaso de jugadores y las conveniencias futbolísticas que se especulan, debemos hacer un análisis minucioso y tratar de encontrar respuestas que nos lleven a comprender las decisiones finales que puedan tomar los actores principales y también los demás implicados en un deporte que aparte de ser un gran entretenimiento también se consolidó como un negocio lleno de aristas incomprensibles. El escenario ostenta muchos frentes cuando los dividendos que se pueden generar en el camino son exorbitantes y desde ahí debemos partir para desmenuzar todos los pensamientos y posturas que se producen por esta situación, entendiendo por sobre todas las cosas que el protagonista no es un producto, sino una persona.

Las realidades de los futbolistas las marcan sus momentos personales más que los colectivos, es por eso que se juega en conjunto, pero se trabaja individualmente, siempre buscando colaborar con los objetivos grupales, pero intentando mostrar valía particular. Hoy Felipe Caicedo está en el ojo de la tormenta mediática por las intenciones de una liga como la China de llevar jugadores que puedan atraer público al espectáculo poniendo sobre la mesa propuestas económicas muy tentadoras para el club, como también casi irrechazables para el jugador.

La controversia de que si tiene que aceptar o no se genera en la prensa y llega a la opinión pública porque el delantero goza de un altísimo rendimiento en la selección mayor que en pocos meses se insertó en la aceptación popular gracias a sus presentaciones  y goles determinantes. Los comentarios van desde que aceptar y emigrar al  mercado asiático es dar un paso hacia atrás en lo competitivo, como también que el deportista debería pensar exclusivamente en su futuro dentro del combinado nacional. Pregunto, ¿alguien pensará en la vida del deportista cuando finalice su carrera? La posibilidad de concretar un pase rutilante en este mercado de invierno europeo es muy poco probable a mi entender.

¿Y por qué digo esto?, por el simple hecho de que el club catalán donde se desempeña Felipao no tiene el tiempo necesario para conseguir suplantar al fornido delantero ecuatoriano por otro de características semejantes y de un posible rendimiento similar, por lo que esta posibilidad considero quedará en espera para el próximo libro de pases.

En estas idas y vueltas también está Miler Bolaños, que continúa en una larga espera y aún sin saber cuál será su destino final situación angustiante que por las incertidumbres generadas de conocer dónde serán sus próximos pasos, mantiene en vilo a todo el cosmos futbolero que está más que pendiente y a la vez entusiasmado de conocer finalmente el desenlace de una novela que ya tiene muchos capítulos.

Es indudable que las posturas de todos son válidas, pero tenemos la obligación de intentar comprender cómo piensan los futbolistas, que en definitiva son los que han vivido bajo muchas carencias y sacrificios procurando llegar a explotar sus condiciones y de esa forma ser parte de procesos exitosos y que también recompensen su accionar con contratos que le garanticen mejores días, no solo para ellos, sino para su familia.

La vida útil es corta y también muy ingrata, ya que se puede pasar al anonimato de un día para el otro sin que nadie tenga lástima de las decisiones tomadas y mucho menos reconocer lo egoísta que fueron por los deseos demostrados. Los futbolistas se deben a su profesión y persiguen objetivos  deportivos que se engendraron cuando la pelota tuvo la posibilidad de seducirlos para siempre, pero también asimilan que serán jubilados a una edad muy temprana de una carrera que no siempre te garantiza estabilidad cuando la vida recién comienza, es por eso que las conveniencias y decisiones de cada jugador deben ser respetadas y aceptadas, aunque no las lleguemos a comprender, porque para eso hay que estar en sus zapatos. (O)