El gol de Emelec en los minutos de descuento en el partido ante Liga de Quito encendió la llama del torneo que parecía ya definido a favor del equipo dirigido por Luis Zubeldía. El estruendo en el estadio no solo ilusionó a muchos sino también que preocupó a otros, condimentos muy compatibles en este deporte que por sobre todas las cosas brinda mejores espectáculos cuando la necesidad es más que visible. Los jugadores que dirige Omar De Felippe todavía no dan la sensación de estar totalmente compenetrados con la idea post Quinteros, aunque en ocasiones muestran en sus presentaciones chispazos de un nuevo diseño colectivo. La propuesta del técnico argentino no es similar a su antecesor, pero sí guarda en su esencia un común denominador que es el de ser ordenados y pacientes. Su accionar todavía no irradia esa sensación de que pueda ganar los partidos con superioridad sino que extrañamente sus esfuerzos a veces se quedan sin la mayor retribución por falta de contundencia o de algo más difícil de conseguir que son las ideas. Liga de Quito viene sosteniendo un proceso de recambio que se fue apuntalando desde atrás hacia adelante; toda estructura táctica necesita que los jugadores desequilibrantes sientan el respaldo y firmeza en su defensa para ellos encargarse de hilvanar y trabajar en las ideas ofensivas. Zubeldía consiguió en gran parte este equilibrio y eso se puede observar en los desarrollos de sus partidos. Los resultados no siempre reflejan lo que pasó en el compromiso, y eso en esta primera etapa sí acompañó a los ‘albos’, que aparte de mirar a todos desde la cima, también ostentan un récord difícil de obtener en épocas de desesperación resultadista. Este equipo todavía no brilla, le falta mucho para eso, pero sí tiene claro cuál es el camino que debe recorrer y después evaluará si es necesario rectificar la máquina futbolística o le alcanza con lo que está proponiendo. El otro equipo que está al acecho es el impredecible Independiente del Valle, que no logra manejar el estado de ánimo ideal en los momentos decisivos del campeonato. Tiene dos caras muy notorias y ellas quedaron reflejadas en los últimos compromisos donde perdió en casa y a los pocos días tuvo el temple para levantar un resultado adverso con dos hombres menos frente a Emelec y ratificar esta inclinación en las desconcentraciones que le llevaron a perder un partido increíble con el Deportivo Quito. Estas vicisitudes nos confirman que el torneo doméstico es apasionante casi siempre en sus desenlaces y que la falta de regularidad pone todo muy parejo, beneficiando directamente al aficionado.

Este fin de semana la tensión dominará los escenarios deportivos que lamentablemente por un lado gozan de una realidad triste por los continuos problemas económicos y por otro las apuestas de estos tres ejemplos de convicción y trabajo serio batallarán uno por definir esta primera contienda y asegurarse la final en el caso de Liga, mientras que Emelec e Independiente aferrarse a una mínima posibilidad matemática aún vigente. Nada está dicho y todo hace prever que los partidos depararán muchas emociones y polémicas que con seguridad decorarán una jornada de infarto para un público que todavía no se seduce con esta palpitante terminación porque aún está degustando los últimos sabores de la Copa América. Nuestro torneo local está al rojo vivo y se puede advertir que los partidos serán de alto voltaje y de mucho buen fútbol.

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