Los jugadores de Deportivo Cuenca se sometieron ayer a exámenes para detectar niveles de alcohol en la sangre. La intención de la dirigencia es  determinar si el consumo de este tipo de bebidas repercute en el rendimiento de los exponentes, que por ahora tienen al equipo en el décimo lugar, con 9 puntos de 33 posibles.

La semana pasada, el presidente del club ‘morlaco’, Galo Cárdenas, se reunió con la plantilla y advirtió que, además de los test de alcoholismo, se visitará los hogares de los deportistas para conocer si existen problemas personales que incidan en su respuesta anímica.

Freddy Abril, vicepresidente de la entidad, subrayó que el afán de los directivos no es meterse en la vida personal de los atletas, sino más bien ayudarlos, incluso conociendo si no descuidan aspectos tan importantes como la calidad de alimentos que consumen.

Estas medidas no únicamente se derivan de la campaña que tiene al elenco en los últimos puestos, sino en rumores surgidos en la prensa y en la hinchada sobre las vidas desordenadas que llevarían algunos elementos. Estos comentarios se han difundido por las redes sociales, incluso circularon fotos de los atletas durante una reunión en lo que parecería una celebración.

La directiva ‘morlaca’ considera oportuno evaluar las actitudes de los elementos, sobre todo por tener la potestad patronal de hacerlo y porque al armar la plantilla, a inicios de temporada, se pensó en pelear la clasificación a un torneo internacional, no el descenso. 

De haber casos graves de descuido personal que influyan en el andamiaje del equipo (consumo de licor), los futbolistas podrían ser separados o, por lo menos, enviados al conjunto de reserva.

Por lo pronto, Abril señaló que de continuar los malos resultados se cobrarán las multas que contempla la política interna de la entidad. Él y el resto del directorio aspiran a que ningún rumor sea real y que los jugadores demuestren su profesionalismo, tanto en el campo de juego como en lo que se conoce como “entrenamiento invisible”.

Las visitas a los hogares ya tienen un cronograma, los miembros del directorio serán quienes acudan a dialogar con los exponentes. Abril añadió que esta gestión tiene el respaldo del nuevo director técnico del club, Álex Aguinaga.

En declaraciones a los medios, Aguinaga citó ayer que estas medidas son positivas, pues lo que se busca es acercarse a los jugadores y brindarles la ayuda que requieran.

En Aucas, el directivo Stalin Gordón se manifestó en contra de aplicar estas pruebas a los jugadores o de visitarlos en sus domicilios. A su criterio esto incomoda a los jugadores, ya que de una u otra manera es meterse en su vida personal.

El combinado ‘oriental’ es último en la tabla de posiciones, pero Gordón no cree necesarias medidas como las adoptadas en Deportivo Cuenca. En el ‘Papá’ las faltas disciplinarias se castigan con las multas que manda la política interna. No obstante, si se sospecha que el bajo rendimiento de un atleta se debe a causas externas, como calamidades domésticas u otros problemas familiares, se dialoga con el jugador y se busca la manera de ayudarlo emocionalmente.   

Carlos Arroyo, presidente de Liga de Quito, concordó con Gordón en respetar la vida privada de los jugadores. Para él, los malos resultados se manejan a la interna y las sanciones constan en la política del club. Está convencido de que los deportistas son personas inteligentes, que saben cómo comportarse dentro y fuera de la cancha. Quienes no demuestren profesionalismo, posiblemente no causen el interés de la institución o no permanezcan mucho tiempo en ella.

Jaime Villavicencio, titular de Liga de Loja, indica que el club es partidario de prevenir, antes que corregir. Por eso no se contrata a deportistas que tengan malos antecedentes o, en el caso de que los técnicos les pidan futbolistas con esta reputación, el ente se blinda al hacerles contratos especiales, al condicionarles su separación a la primera falta disciplinaria. Este tipo de cláusula se firmó con Jaime Kaviedes y Armando Paredes.

Añadió que si bien no es política de la entidad controlar a los jugadores fuera de las prácticas, hay entrenadores que piden visitar a los deportistas en las noches o hacerles test de alcoholemia. Recuerda que esta clase de regulaciones las hacía Homero Mistral Valencia y de alguna manera Paúl Vélez.

La psicóloga Gabriela Hernández expresó que toda alternativa que involucre el indagar las causas que provoquen los malos resultados, debe tener el consentimiento de los jugadores. Nada les debe ser impuesto. Añadió que lo recomendable es que las visitas a los hogares sean manejadas por un psicólogo.

“Si saben que van a recibir en sus  casas al entrenador o a un dirigente, con quienes sientan cercanía, probablemente no brinden toda la información, porque pueden sentir vergüenza. Lo mismo ocurriría si estos hablan con la esposa o los padres del jugador. Los familiares pensarían 2 veces si cuentan de alguna adicción u otro inconveniente grave de su ser querido, pensarían que si dicen algo estos quedarían fuera del equipo. Un psicólogo, en cambio, es una persona neutral”, resume la profesional. (D)

Datos

Jaime Villavicencio dice que aporta mucho en la estabilidad de los atletas el consolidar el grupo. Esto reduce la cantidad de nuevas contrataciones.

En Aucas, según Stalin Gordón, el diálogo es la parte fundamental. Incluso cuando algún elemento incurre en faltas que le reportan tarjetas amarillas o rojas, el cuerpo técnico realiza una labor especial con él.

Gabriela Hernández considera necesario que un psicólogo conste en el cuerpo técnico de cada club. Hay problemas como el estrés, la depresión, etc., que no son visibles y que solo un especialista podría tratar.

En Mushuc Runa, ante los malos resultados y quejas de los jugadores de no tener todas las comodidades, la dirigencia adoptó sanciones económicas, incluso amenazó a los jugadores con enviarlos a entrenar a Echa Leche (a 3.350 msnm) a que conozcan cómo viven las comunidades indígenas.