Todo proyecto nace desde la convicción y gusto de su mentor que visualiza en el tiempo cómo sus deseos se pueden hacer realidad. Si nos zambullimos en el mundo del fútbol no estamos exentos de esta situación, ya que cambian algunos detalles importantes pero indefectiblemente también los objetivos vienen de un mismo lugar en común.

¿Son casualidad los momentos que están viviendo Liga de Quito y Deportivo Quito, o tienen otro trasfondo?

Considero que todo es consecuencia de muchos factores que cuando llegan a una madurez explotan y dan sus frutos desnudando la realidad de cada uno. Los ‘albos’ que supieron saborear la miel de la victoria llegando a la cima de América y recibiendo el reconocimiento mundial de un deporte globalizado, tuvieron que asimilar que este juego es de realidades y que si no reestructuraban su andamiaje y ponían nuevas bases firmes, con seguridad se vendrían en caída libre en cualquier momento. Mucho de todo esto tiene que ver con la dirigencia de un equipo con visión y que vislumbró una transición difícil pero que si la apoyaban transmitiendo serenidad y buenas decisiones saldrían de ella en poco tiempo, consolidando un equipo con mucha proyección a futuro.

Zubeldía en este desafío fue la herramienta idónea de un mensaje claro y directo, el de entender que la historia le da un respiro pero que no pueden acostumbrarse a la calma y es indispensable retornar a los grandes palcos donde supieron brillar hace pocos años. El entrenador argentino que posee una gran capacidad de conocimientos logró lo que a muchos técnicos les cuesta demasiado trabajo, y es el hecho de exprimir el máximo potencial de sus jugadores en beneficio del equipo; por ejemplo, hoy podemos ver a un Araujo motivado y que asimila su rol de capataz de un puñado de jóvenes que llevan una mochila muy pesada pero llena de ilusiones. Liga hoy es uno de los animadores de un torneo apasionante y  no es casualidad sino causalidad y eso más que ser un juego de palabras es una grata realidad para el conjunto blanco. Cruzando la calle nos encontraremos con un panorama muy distinto, donde priman la incertidumbre y las caras desencajadas que buscan con sus miradas una solución inmediata que parece nunca llegar. El fútbol tiene muchas cosas lindas, pero una de las más importantes es que da revanchas y este equipo tan querido como lo es Deportivo Quito se merece otra posibilidad, pero lo que no podemos dejar de decir es que esta realidad es consecuencia de malos manejos y pésimas resoluciones de los responsables que apelaron al éxito momentáneo hipotecando la historia de una camiseta que mueve pasiones. Errores constantes que solo sirvieron para tranquilizar a la prensa y a un público exigente, como contratar jugadores que no serían rentables, desembocaron en un océano de problemas que se avizora muy difícil de descifrar y desmotiva a todo dirigente nuevo que tiene intenciones de resolver. Se avecinan días oscuros en donde todos los ‘chullas’ deberán unirse y empujar para el mismo lugar y así de esta manera sacar a su amado club de una situación adversa que puede ser cada día peor. Muchos aseveran que tocar fondo es una manera de volver a resurgir, yo pienso que a nadie le gusta llegar a esa situación y menos en este mundo del fútbol que no espera a nadie y tiene muy poca memoria; por eso mientras exista vida se debe tratar de salir y salvar de esta terapia intensiva donde está inmerso el coloso de la ‘Plaza del Teatro’.

En fin, el show debe continuar; Liga de Quito está volviendo a ser lo que fue, y el Deportivo Quito tiene la obligación de intentar volver al lugar de donde nunca se tendría que haber ido.