Hace mucho tiempo que El Nacional no despertaba ilusión en su hinchada. Tanto así que cada acción era aplaudida y se reconocía el esfuerzo de los jugadores. Al final, la alegría fue evidente. Con el triunfo de ayer, 2-0 sobre el Delfín de Manta, los ‘criollos’ se mantienen invictos en el torneo local y en racha, con un fútbol que llena a sus aficionados.

En el equipo quiteño también fue un día de estrenos. El más aplaudido fue el de Jairo Campos, que con el partido resuelto entró los últimos minutos y luego de 2 años inactivo por una lesión volvió a un terreno de juego. Además, el portovejense Manuel Balda, quien fue repatriado desde España para aportar a El Nacional, marcó su primer gol en el fútbol ecuatoriano.

Antes de que todo eso suceda, el planteamiento del entrenador Eduardo Favaro fue siempre ofensivo. Pedía mucha precisión en los pases y también movimiento constante de los jugadores en el desmarque. Pronto, su equipo se adueñó de la posesión del balón para empezar a crear ocasiones de peligro.

Christian Lara se convirtió en el eje del equipo y la distribución estuvo a cargo de Pedro Larrea junto al joven Roberto Garcés. El respaldo de Daniel Samaniego para habilitar a los delanteros fue vital por algunos momentos.

Las bandas también fueron ocupadas de buena forma por el local y el desborde fue constante por la derecha con Marco Montaño. Christian Cordero, que jugó sobre la izquierda en un lugar ajeno a su naturaleza, también cumplió para suplir a Aníbal Chalá.

En la primera parte, Delfín no se acercó a la portería defendida por Adrián Bone. Édison Preciado y Maximiliano Barreiro siempre perdían en el mano a mano con los centrales y nunca pudieron llegar con claridad al área rival.

Tanta insistencia de El Nacional terminó en el primer gol del partido. Lara desbordó por la izquierda, lanzó un centro, Pablo Saucedo intentó rechazar, pero erró el balón. Esa confusión provocó que el uruguayo Rodrigo Canosa empuje el esférico en su propio arco (19’).

Después del tanto de apertura, los ‘criollos’ empezaron a jugar incluso mejor. El público empezó a disfrutar con el fútbol que mostraba su equipo, de toque y precisión. Así por poco llega la segunda, pero Lara falló en la resolución.

Delfín apenas se animó a través de Marcos Cangá, que con 2 tiros lejanos intentó sorprender a Bone, pero no encontró la portería. Después, Luis Segovia y Marlon De Jesús no pudieron definir dentro del área chica. En la segunda mitad, con el ingreso de Álex Colón, Delfín se animó a más. La conexión con Barreiro y Preciado fue más continua, pero poco efectiva cuando estaban cerca de la defensa rival.

El Nacional mantuvo la posesión y logró buenas llegadas, pero el problema radicó en que no supo resolver bien frente a Rolando Ramírez. Así se sucedieron las acciones, primero con Janner Corozo que definió al cuerpo del golero y después con un par de disparos del mismo De Jesús.

La altura de la capital afectó al equipo mantense que en el último tramo parecía caminar sobre la cancha y otorgó más espacios a los locales. Así llegó el tanto de ‘Manu’ Balda, a los 82’, que no tuvo presión en el borde del área y sacó un remate potente que fue imposible para Ramírez.

Inmediatamente después del gol, Favaro ordenó el ingreso de Campos. Los aplausos de sus compañeros y los ánimos de la gente le llegaron al central para poder cumplir su anhelo de volver a sentirse futbolista. Las fallas por su alejamiento de las canchas no tuvieron tanta importancia para los hinchas y sus compañeros.

El Nacional consiguió de esa forma su segunda victoria en condición de local, luego de vencer a Barcelona 2-1 en la primera fecha. El fútbol vistoso convenció a la hinchada, luego de varias temporadas en las que las cosas no les funcionaban a los ‘criollos’. (I)