El entrenador argentino Claudio Borghi trae consigo una suerte de revolución a Liga de Quito. Su trabajo estará marcado por la planificación al detalle, un fútbol ofensivo y un cambio de sistema, con el 3-5-2 como prioridad.

El ‘Bichi’, como se lo conoce, llega a Liga de Quito como reemplazo de Luis Zubeldía, confirmado como nuevo DT de Santos Laguna de México. El fichaje de Borghi antes de que se termine el torneo es para hacer una transición entre los 2 entrenadores y que de esa forma el nuevo cuerpo técnico pueda conocer de primera mano con qué jugadores cuenta y cuáles refuerzos podría contratar para 2016.   

Algo similar ocurrió a finales de 2013, cuando Edgardo Bauza allanó el camino para que Zubeldía tomara las riendas en la búsqueda del título, que aún está por definirse.

En ese marco, Borghi aceptó la invitación del dirigente de Liga, Esteban Paz, para visitar Quito, las instalaciones del club y las facilidades para conocer más de cerca su nuevo desafío. “Conozco la ciudad, porque vine con la selección chilena. Pero una cosa es venir por 2 días y otra es venir a conocer a Liga como institución. A eso vine. Si no me sedujera esta posibilidad, no estaría aquí”, dijo la madrugada de ayer, cuando llegó a la capital.

Ecuador se sumará a la lista de países en los que Borghi ha dirigido. Además de su país natal, estuvo en Italia, Suiza, Brasil, Chile y México. “Podría ser gitano del fútbol. Siempre fui medio inquieto en conocer lugares y cuando me preguntaban si quería vivir en Suiza o Brasil, obvio que decía que sí”, contó en una entrevista a El Gráfico.

Pero más allá de su espíritu aventurero por conocer más, está su obsesión por el trabajo y el de no dejar ningún detalle al azar. Planificar cada partido de manera intensa forma parte de su orden como entrenador y también la cercanía con los jugadores a los que dirige. “Borghi es muy cercano (al futbolista). Es relajado, no tan estricto”, dijo Eduardo Rubio, jugador chileno dirigido por el nuevo estratega ‘albo’.  

El fútbol que intenta proponer el ‘Bichi’ con sus equipos es siempre elaborado, pero además ofensivo. Por eso prefiere el sistema 3-5-2 para aprovechar la salida con los carrileros y también suele ubicar a un enganche para abastecer a los delanteros.  

Siempre le gustó jugar con 3 defensores, pero en Liga dijo que dependerá de los jugadores con los que cuente, pues consideró que cada vez es más difícil encontrar elementos especialistas en esas posiciones.

El sistema no sería ajeno para algunos jugadores ‘blancos’, pues con el ‘Patón’ Bauza actuaron de esa manera. Sin embargo, Borghi fue criticado en algún momento por las complicaciones defensivas que le representó jugar con línea de 3, pues consideraban que no era equilibrado en relación  a lo que presentaba en ataque.

No cree en los jugadores polifuncionales, pues señaló que “es un futbolista que juega mal en todos lados”. Por esa razón siempre pone a los jugadores en sus ubicaciones habituales y solo los varía por obligación o necesidad.

Si algo así surge, lo primero que hace con el futbolista en cuestión es disculparse y decirle que lo necesita para solucionar un problema. Por esa cercanía y tacto con el jugador, los futbolistas lo consideran muy próximo a ellos y su discurso llega bien a la plantilla.

Sin embargo, su relación con la dirigencia ha sido una complicación para su desarrollo como entrenador en cada club. Con Colo Colo de Chile, por ejemplo, a pesar del tetracampeonato que logró, amenazó con renunciar en cuatro ocasiones por sus disputas con la dirigencia.  

De igual manera, renunció a sus otros clubes como Independiente de Avellaneda, Argentinos Juniors, Boca Juniors o Audax Italiano. Los malos resultados también conspiraron para que no pueda terminar los contratos con esos equipos.

De igual forma con la selección chilena, a la que dirigió por casi 2 años. Debió salir por pedido de la directiva en 2012 por la falta de buenos resultados.

Borghi se califica a sí mismo como “un tipo raro”, al que si le obligan a hacer algo, hace todo lo contrario. Disfruta de ver el fútbol por televisión, pero sin volumen “para no escuchar las boludeces que se dicen”.

El argentino lleva 1 año sin dirigir por un problema de salud. Se quemó el pie y su herida no sanaba porque tiene diabetes, por lo que la recomendación fue que dejara de trabajar por 6 meses.

A Borghi se le pasó la mano y ahora, con una nueva oportunidad de dirigir, intentará dejar su marca en Liga de Quito mientras dure su presencia. (I)