Los equipos en su mayoría tienen ya más de dos semanas de trabajo de pretemporada. Esta es una etapa especial del fútbol, y no solo por los aspectos que están directamente relacionados con la preparación física, técnica y táctica de los planteles, sino también porque es el tramo donde los hinchas cargan las baterías de sus ilusiones y aunque miran de reojo los movimientos de sus equipos están pendientes de qué puede llegar a depararles el destino.

Existen muchas teorías equivocadas sobre este proceso fundamental en la concepción de un nuevo equipo, ya que muchas versiones distorsionan las reales ideas de los especialistas que en un porcentaje muy alto lo catalogan como el más determinante del año.

Los cuerpos técnicos desarrollan un plan de trabajo muy minucioso que contempla como punto principal fortalecer el caudal físico de sus atletas para que tengan durante el torneo las respuestas adecuadas a las obligaciones que vayan apareciendo y de esta manera por decantación potenciar el rendimiento futbolístico de cada jugador.

El futbolista necesita en estos difíciles días de preparación convivir con sus compañeros, conocer a los nuevos valores y reafirmar el compromiso con sus guías para que de esta manera las metas a perseguir sean claras, convincentes y todos apunten al mismo lugar. Muchos entrenadores han evolucionado y manejan cargas controladas de trabajo entendiendo que no por ser mayor el volumen será mejor la calidad, y es ahí donde los detalles alimenticios y el adecuado descanso juegan un papel primordial para lograr el éxito a futuro.

Normalmente se prefiere cambiar el lugar de entrenamiento para estar aislados de cualquier situación que distraiga al profesional y lograr de esta manera un alto nivel de concentración en esta fundamental y exigente preparación que es indispensable tener para afrontar una dura temporada. Los equipos en su mayoría ya están teniendo sus primeros partidos de evaluación y es allí donde los directores técnicos trabajan horas extras porque en esos compromisos deben dilucidar qué aspectos corregir, mejorar y también de esta forma poder insistir en las ideas principales que cada conjunto debe ostentar antes de iniciar la rutina del torneo.

Los equipos del Astillero ya mostraron sus primeros bocetos y si analizamos minuciosamente a cada uno podremos discrepar y no estar de acuerdo con los resultados finales de sus partidos, pero sí coincidir en que las dos instituciones intentarán ser protagonistas con muchas certezas y ambiciones por lo visto hasta el momento. Debemos aclararle a la gente que las contrataciones no hacen un equipo sino cómo se acoplen al rendimiento grupal, y desde allí puedan exponer todo su potencial individual como herramienta de soluciones esporádicas del juego.

El último campeón denotó que ciertos elementos llegaron a una maduración importante y que con las correcciones naturales de este juego, y el aporte de los nuevos, más el valor agregado de que la mayoría se conoce hace mucho tiempo nuevamente aspirará a extender la gloria a nivel local e ir en búsqueda de propósitos más ambiciosos fuera de las fronteras del país. Este año será fundamental que jugadores como Gaibor y Herrera encuentren la tan ansiada regularidad y que más allá de los nombres el sistema funcione aceitado para asimilar y contrarrestar la ausencia del hombre que en las últimas temporadas resolvía las falencias grupales, como lo fue Miler Bolaños.

En la vereda de enfrente vimos que el conjunto dirigido por Almada presentó un esquema ambicioso ante un digno y aguerrido rival demostrando que intentará ser un equipo corto, con transiciones rápidas en línea media y que ofensivamente las exigencias serán de siempre arriesgar sin temor a equivocarse pero con la premisa clara de ser obligatoriamente un bloque en todo el campo de juego. Barcelona y Emelec dieron y demostraron sus primeros pasos e intenciones, de ahora en más podremos y debemos evaluar con qué solvencia caminarán en un periplo que les exigirá naturalmente respuestas cada vez más concretas y contundentes. (O)