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Xabi Alonso y Lahm, el adiós de dos gigantes
Una página de la historia se terminará de escribir mañana (08:30, hora de Ecuador) en Múnich, cuando Xabi Alonso y Philipp Lahm, dos ‘gentlemen’ del fútbol con un palmarés impresionante, disputen su último partido con el Bayern de Múnich, ante el Friburgo, en la última jornada de la Bundesliga.
El español de 35 años y el alemán de 33 han ganado entre los dos todos los grandes trofeos del fútbol. Y los dos han sido protagonistas en algunos de los partidos más inolvidables de lo que va del siglo XXI: Xabi Alonso estuvo, por ejemplo, en la final de la Liga de Campeones en 2005, ganada por el Liverpool al Milan con una gran remontada, mientras que Lahm vivió en el Mineirao de Belo Horizonte el espectacular 7-1 de Alemania a Brasil en las semifinales del Mundial de 2014.
Su adiós se dará en un ambiente festivo, con el Bayern celebrando su título de campeón de Alemania.
Xabi Alonso ha vestido algunas de las camisetas llenas de grandes historias del fútbol europeo: Liverpool, Real Madrid y Bayern de Múnich.
Pero entre sus centenares de grandes recuerdos que se agolpan en el momento de su retirada, uno de los bonitos, según cuenta él mismo, es su gol del empate 3-3 en la legendaria final de la Champions 2004-2005 entre el Liverpool y el Milan. Los ingleses perdían 3-0 al descanso, pero luego pudieron igualar e imponerse en la tanda de penales, en un partido para la historia jugado en Estambul. Nueve años más tarde, Alonso levantó de nuevo la ‘Orejona’ de la Liga de Campeones, entonces con el Real Madrid.
Con la selección española (114 partidos) ha formado parte de la generación más gloriosa, participando en los dos títulos en la Eurocopa (2008 y 2012) y, sobre todo, en el primer y único Mundial ganado por su país, en Sudáfrica en 2010.
En la última parte de su carrera y pese a sus 35 años, el centrocampista vasco sigue siendo una pieza importante para el Múnich.
Alonso es “un Dios de las cosas simples, con la tranquilidad de un maestro zen”, escribió sobre él un diario alemán. Con el Bayern no ha podido ganar la Champions League, pero sí tres Bundesligas y una Copa de Alemania.
A principios de marzo, el jugador formado en la Real Sociedad -su primer contrato profesional fue en 1999- anunció que iba a retirarse al final del curso, considerando que era “el momento adecuado” para ello: “Más vale demasiado pronto que demasiado tarde”.
La de Lahm, por su parte, es una carrera que recuerda a los viejos tiempos. Toda ella ha sido en un único club, el Bayern de Múnich, al que llegó con 11 años. Únicamente salió del equipo bávaro para una cesión de dos años al Stuttgart, en los inicios del camino. “Su primer entrenamiento ya fue fascinante”, recuerda Hermann Gerland, responsable de los equipos juveniles cuando Lahm llegó.
“Nunca había visto algo así, un chico que no cometía ningún error, que jugaba un fútbol natural, que aportaba en cada balón y que nunca ponía en aprietos a sus compañeros. Desde sus inicios mostró que iba a ser un gran profesional. El fútbol lo va a extrañar mucho”, repasa.
Lahm abandonará mañana esta larga etapa de su vida con un palmarés de fuera de serie, en el cual lucen ocho títulos de la liga alemana, seis de la Copa nacional, una Liga de Campeones (2013) y un Mundial de Clubes (2013). En la Champions, eso sí, ha vivido la decepción de dos finales perdidas (2010 y 2012).
Este defensa de pequeña altura fue también pilar y capitán de la Mannschaft. Abanderado de una generación de ensueño, se coronó campeón del mundo en 2014, tras humillar a la Seleçao anfitriona (7-1) en semifinales y luego vencer en la final a la Argentina de Lionel Messi (1-0). Para igualar la colección de trofeos de Alonso le falta un título en la Eurocopa, que nunca pudo conquistar.
Por el momento rechazó una oferta del Bayern para ser directivo del equipo, ya que prefiere disfrutar un tiempo de su familia. (I)