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El Telégrafo

65.000 personas acudieron al estadio Internacional de Yokohama

Suárez disimula ausencias de Messi y Neymar

El momento en que Luis Suárez (izq.) marca uno de los tres tantos que le dieron ayer la victoria al Barcelona. Foto: AFP
El momento en que Luis Suárez (izq.) marca uno de los tres tantos que le dieron ayer la victoria al Barcelona. Foto: AFP
18 de diciembre de 2015 - 00:00

El Barcelona jugará la final del Mundial de Clubes el domingo ante River Plate, tras vencer ayer 3-0 al Guangzhou, en Yokohama. Luis Suárez marcó los tres tantos y cubrió a la perfección las ausencias de Neymar y Lionel Messi, baja de última hora por un cólico nefrítico, un dolor repentino de gran intensidad que se produce generalmente por la presencia de cálculo en el conducto que va desde los riñones hasta el tracto urinario cercano a la uretra.

En un partido que el Barcelona controló a la perfección, con Andrés Iniesta brillante en la dirección del juego, Suárez selló el triunfo en los minutos 39, 50 y 66 (de penal).

“Andrés domina muy bien el juego combinativo y sabe regatear como nadie. Luis es un asesino del área”, dijo el DT Luis Enrique.

Sin Messi y Neymar -en recuperación-, sus dos compañeros en la delantera conocida como ‘MSN’, Suárez se bastó, asistido por un gran centro del campo, para terminar con la poca resistencia que puso el campeón de Asia.     

“Sabíamos que dos de nuestros jugadores más importantes no estaban, y lo único que había que hacer era estar muy concentrados para que no se escapase el partido”, señaló Suárez al final del juego.  

Las bajas de dos de los tres finalistas al Balón de Oro -junto con Cristiano Ronaldo-, restaron magia a una noche especial para los aficionados japoneses, unos 65.000 en el Internacional de Yokohama, algunos de ellos con caretas del argentino y del brasileño.   

Las dos estrellas podrían recuperarse para el domingo, ante River, cuyo técnico, Marcelo Gallardo, siguió el partido desde la tribuna compartiendo manta con el mito de los ‘Millonarios’ Enzo Francescoli.

En una noche fría y ventosa, el Barcelona sabía que el partido era cuestión de paciencia ante un Guangzhou bien plantado en los primeros minutos.     

Iniesta y Munir tuvieron el gol en dos ocasiones (22’ y 31’). En la primera el capitán levantó la vista y encontró al joven, que se topó con la salida del arquero Li Shuai.  

Negado con la portería, a continuación Munir no le pudo dar potencia a un cabezazo que Shuai atajó sin problemas. El Guangzhou resistía, pero de repente se le acumularon las desgracias.   

Primero (25’) perdió a su lateral izquierdo Zou Zheng, que sufrió una grave lesión (posiblemente rotura de tibia y peroné) tras una mala caída sin oposición de algún rival.

Luego sufrió el error de su arquero, incapaz de atajar un disparo de media distancia del croata Ivan Rakitic. Dejó el balón muerto y Suárez lo mandó a las mallas.

Hasta entonces sin crear peligro, el Yokohama tuvo el gol cuando el brasileño Elkeson peinó la pelota, pero el chileno Claudio Bravo, titular en detrimento del alemán Marc André Ter Stegen, voló a uno de los palos para salvar el empate.  

Al inicio de la segunda mitad Suárez mató el partido. Combinó con Iniesta, que se la devolvió para que la controlara con el pecho y la pusiera en la escuadra de Shuai con un espectacular giro.

El brasileño Neymar, que aplaudía desde el banquillo, hasta donde fue Suárez para abrazarlo, estará listo el domingo para disputar la final del Mundialito.  

Con el Barcelona rondando siempre el área del Guangzhou, Bowen Huang tiró a Munir y el árbitro señaló penal. Suárez firmó su triplete batiendo con potencia a Shuai.

El partido no tuvo más historia. El Barcelona no hizo sangre y el Guangzhou no intentó una remontada imposible. (I)

Mascherano enfrentará al club que lo formó 

El argentino Javier Mascherano, ayer, tras ganar 3-0 al Guangzhou y lograr el pase a la final del Mundial de Clubes con el FC Barcelona y que deberá enfrentarse el domingo al River Plate, el club en el que se formó, dijo que: “En cuanto a lo sentimental, no será difícil porque lo tengo claro, deseo ganar.  Cuando juegas en equipos así, no miras quién está enfrente, la exigencia es tan grande que tienes que hacer lo mejor por ti mismo, así lo requiere la situación”.      

“No hay que mezclar las cosas. River fue una parte de mi vida y Barcelona también lo es, hace 6 años que juego aquí y me siento muy identificado. Obviamente uno no se olvida de sus raíces, pero en esa situación soy frío”, añadió.

Luego pasó a analizar el juego del campeón de la Copa Libertadores.

“Ha ido cambiando, es un equipo argentino, competitivo, con jugadores ganadores que lo han demostrado el último año. Un equipo que está acostumbrado a jugar finales como nosotros”, explicó.

El ‘Jefecito’ se refirió a las bajas de Lionel Messi y Neymar, que se recupera de problemas musculares. “Lo que más deseo para la final es que podamos contar con todos, no solo porque somos más fuertes, sino también porque este es el premio al año anterior, a haber ganado la Champions, y merecemos estar todos”.

“Estamos hablando de dos de los mejores tres del mundo, estamos esperanzados de que seguramente estarán, hoy los chicos que entraron por ellos lo hicieron muy bien”, continuó.

Cerró su intervención alabando la filosofía del Barcelona: “Las cosas en este club funcionan así, hay un modelo detrás de los nombres”. (I)

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