River Plate, el actual campeón de la Copa Libertadores, quedó en el camino de Independiente del Valle en los octavos de final del torneo continental y a los hinchas de la ‘Banda’ los inquieta una sola cosa: la temida altura de Quito. Los 2.850 metros sobre el nivel del mar de la capital ecuatoriana son un verdadero ‘martirio’ para el entorno ‘millonario’ por estos días.

La prensa argentina prefirió palpitar un hipotético cruce en semifinales entre Boca Junior y River Plate, en una reedición del accidentado ‘superclásico’ que ganó el equipo de Marcelo Gallardo en los octavos de final de la edición 2015 de la Copa, que terminó suspendido tras el lanzamiento de gas pimienta a los jugadores por parte de un hincha ‘xeneixe’. “Cualquier rival que nos tocara iba a estar bien, pero nos tocó un equipo difícil, que en su grupo le ganó incluso a (Atlético) Mineiro, que terminó primero y que tiene jugadores interesantes. En esta Copa estamos predestinados a viajar mucho. Ahora empiezan las instancias en los que se juegan partidos de ida y vuelta y no hay margen de error”, dijo Gallardo este fin de semana.

Pero los hinchas y la prensa argentina conocen poco y nada del sorprendente Independiente del Valle. Más nada que poco. El diario deportivo Olé, por ejemplo, bajo el título ‘¿Copamos las semis?’, se entusiasmó con los cruces que le tocaron en suerte a los cinco equipos argentinos que avanzaron de ronda (solo quedó eliminado San Lorenzo, que compartió grupo con Liga de Quito) y aventuró una mayoría de equipos nacionales en las semifinales del certamen sudamericano.

“A priori, Racing (vs. Atlético Mineiro) parece bailar con la más brava. El ‘team’ de Gallardo lo que tiene en contra en la fase que viene es la altura de Quito, contra un rival de cuidado, pero sin estrellas ni historia en la Libertadores, como Independiente del Valle”, analizó el rotativo en sus páginas. Y fue más allá: “Y pasando a cuartos, después de definir en casa, le tocará un trajín largo: a DF para ir contra Pumas o a Caracas con Táchira”. Luego, sí, Boca Juniors, si es que el popular equipo del mellizo Gullermo Barros Schelotto se desprende primero de Cerro Porteño y luego del ganador de la llave entre Nacional de Uruguay y Corinthians.

A los equipos argentinos históricamente les costó jugar en la altura. Lo vivió en carne propia en esta edición del torneo el San Lorenzo de Almagro -del papa Francisco-, que cayó ante Liga 2 a 0. Sin embargo, a Boca, Racing y River no les fue mal en la altura de La Paz, donde consiguieron valiosos empates ante el Bolívar (los dos primeros) y The Strongest (el equipo ‘millonario’).

Independiente del Valle recibirá en el estadio Atahualpa este jueves a River, a las 17:30. La revancha se jugará en el estadio Monumental de Buenos Aires, el miércoles 4 de mayo, a las 17:15. Pero hay un dato más que preocupa a River: se clasificó el jueves a los octavos de final tras derrotar como local al débil Trujillanos de Venezuela 4 a 3. Los tres goles recibidos en su cancha son un trago difícil de digerir, algo que podría usufructuar Independiente, teniendo en cuenta que en las llaves definitorias de la Copa los goles de visitante valen doble. “Si era un partido de los cruces, nos teníamos que matar”, admitió el delantero Lucas Alario.

Desde el jueves pasado cuando se definieron las llaves de octavos de final, el cuerpo técnico está viendo los videos del “difícil Independiente”, como lo definió el diario Clarín. River quiere defender su título. Pero mientras tanto, el fin de semana estuvo distraído en el superclásico ante Boca Juniors. (I)