Kerly Real y Manoly Baquerizo son las futbolistas más jóvenes en la actual selección femenina. Ambas tienen 16 años, pero por la habilidad  que muestran, parecería que gozan de una mayor experiencia sobre el terreno de juego.   

Si una de las 2 es alineada en el Mundial de Canadá 2015, podría ser la futbolista más joven en disputar una cita mundialista. Hasta el momento esa distinción le pertenece a la alemana Birgit Prinz, que con 17 años y 236 días jugó para su selección en el Mundial de Suecia 1995, en el primer partido del grupo contraNoruega. Ella es la actual máxima goleadora del torneo, con 14 tantos.

Ni Real ni Baquerizo superarían los 16 años cuando se dispute el Mundial -entre el 6 de junio y el 5 de julio- y solo faltaría conocer si otra futbolista de las 23 selecciones restantes tiene una edad similar.

Real es una de las jugadoras fijas en el esquema de la entrenadora Vanessa Aráuz. Ella ha actuado como lateral por derecha y también como volante por la misma banda, por su velocidad y su capacidad de marca.

Mientras que Baquerizo fue una de las nuevas incorporaciones a la Tricolor, que a manera de prueba trabajará con las seleccionadas con la intención de ganarse un lugar en la lista definitiva para el Mundial de Canadá y los Juegos Panamericanos de Toronto.

A pesar de su juventud se han acoplado bien al grupo, con jugadoras mayores y que tienen un recorrido más amplio. “Tener 16 años no implica tener menos capacidad que otras compañeras. Siempre me he esforzado por destacar y si ahora estoy en la selección, es porque puedo ser útil en el equipo”, puntualizó Baquerizo.

La futbolista llegó a Rocafuerte luego de un paso por Talleres Emanuel. Llamó la atención de Aráuz porque maneja el perfil izquierdo y su buena contextura física le permite chocar con las defensas para generar acciones de gol.

Desde niña estuvo vinculada al deporte, ya sea jugando fútbol, baloncesto, patinaje e incluso surf. Sin embargo, el balompié fue el elegido para empezar una carrera. El tener tanta actividad deportiva la benefició para que su contextura física mejore y hacer frente a jugadoras con más experiencia. Su juego no solo se basa en lo físico, sino en su técnica con el balón.

“Me gusta jugar mucho de espaldas al arco y ser quien reciba la pelota en el ataque para descargar con otra compañera. Claro que marcar goles es lo mejor que existe”, confesó la delantera, hincha de Emelec.

Mientras que Real pulió su técnica en el fútbol sala. En su colegio, el Fernández Madrid, fue una de las más destacadas en los torneos intercolegiales de la capital. Desde ahí dio el salto al Quito Fútbol Club, que disputa el campeonato femenino desde su creación.

Su edad nunca fue una barrera para ganarse un puesto en su club, pues sus condiciones superaron cualquier otro aspecto. Llegó temprano a la selección y ha jugado Sudamericano Sub-17, Sub-20, Juegos Bolivarianos, Copa Libertadores Femenina, CopaAmérica y próximamente el Mundial.

“Siempre he sido paciente y optimista. La preparación es al máximo y llegar al Mundial fue algo increíble. Más lo va a ser poder jugarlo, pero debemos entrenar muy fuerte para hacer un buen papel”, agregó Real, uno de los pilares en la formación y en el planteamiento que utiliza Vanessa Aráuz.