El descenso de River Plate a la segunda división del fútbol argentino en 2011 se vivió como una verdadera cuestión de Estado en el país austral. Tanta preocupación generó en el gobierno kirchnerista que la entonces  presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, intentó presionar a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para evitar la caída de uno de los dos clubes más grandes del fútbol rioplatense y rival de Boca Juniors, denunció Guillermo Marconi, titular del Sindicato de Árbitros de la República Argentina (Sadra).

“El fallecido presidente de la AFA Julio Grondona y el Gobierno presionaron para que River no se fuera al descenso”, dijo Marconi al diario Clarín. La denuncia fue ratificada por el árbitro Sergio Pezzotta, que dirigió el partido en que River perdió la categoría.

El descenso de River al llamado Nacional B se materializó el 26 de junio de 2011 tras el empate 1 a 1 en su estadio Monumental de Buenos Aires ante Belgrano de Córdoba, que lo venció 2 a 0 de local días antes en el partido de ida.  

El Gobierno, según la denuncia, temía que el descenso de River, considerado el segundo club más popular del país austral después de Boca,  provocara una fuerte tensión social y desmanes en la nación a raíz del fanatismo que provoca este deporte en los argentinos.   

En el año 2000 el Congreso aprobó  una ley para evitar la quiebra del Racing Club, otro club muy popular, en medio de una fuerte tensión en sus seguidores que llegaron a encadenarse en la sede social para evitar su remate. En esa época, la popular ‘Academia’ había dejado de disputar el torneo, pero una multitud siguió asistiendo a la cancha a la hora del partido arengando a un equipo que jamás saldría a la cancha porque de hecho ya no existía. Incluso el estadio de Racing fue el que más espectadores recibió ese fin de semana.

El caso de River no fue el primero en su tipo. Antes habían caído a segunda división el propio Racing y San Lorenzo y más recientemente Independiente, otros ‘grandes’ del fútbol argentino. Pero el gobierno de Fernández atravesaba en 2011 una difícil coyuntura económica y temía que la caída del club ‘millonario’ a la segunda división provocara incidentes en el país.

“El 23 de junio, día posterior al primer partido en Córdoba, que pierde River, Grondona me pide juntarse en forma inmediata. Había estado con la presidenta de la nación y le informó que tenía noticias de que si descendía River sería un escándalo y habría focos de violencia en el país”, dijo Marconi.

El dirigente contó que tras reunirse con Grondona, el viejo ‘mandamás’ de la AFA habló por teléfono con Pezzotta, árbitro encargado de dirigir el vital partido que consumó el descenso de River.   

Pezzotta contó que Grondona le dijo en esa comunicación telefónica: “Mire que si esto sale mal nos matan a todos, nos van a colgar del Obelisco (el tradicional monumento de la ciudad de Buenos Aires)”.  “Le contesté que yo iba a dar todo de mí para que salga bien, que estaba poniendo el pecho (...). ‘Estoy en tus manos’, fueron sus palabras”, señaló Pezzotta. “La verdad, es durísimo, cada vez que me acuerdo, me mata. Pero son cosas que me tocaron vivir”, expresó el réferi.

Recordó también que sacó a su familia de Rosario a un hotel en Entre Ríos una semana por las “amenazas telefónicas” y durante dos meses policías de civil resguardaron su domicilio.   

En los últimos años los hinchas de River responsabilizaron del descenso a Grondona, fallecido en  2014, por una supuesta venganza contra el entonces presidente del club, Daniel Pasarella, con quien se había enfrentado. El excapitán de la selección argentina campeona del mundo en Argentina 78, incluso, le pidió la renuncia.

Según Marconi: “Tanto uno como otro estaban absolutamente presionados por ese partido. Una (Cristina Fernández) políticamente y el otro (Grondona) como responsable de lo que pudiera pasar, como que era un disparador social de algo que podía darse en el país. Bueno, en la cancha de River Plate pasó lo que había anunciado la presidenta: un escándalo monumental. No así en el país”.

“Nunca en mi vida lo vi tan presionado y tan mal a Julio. Lo vi muy mal, muy mal... Me impactó la urgencia de su llamado: estaba por irse al campo, tuvo que cambiarse y salir a Olivos (residencia presidencial). Y después que salió de la reunión con la presidenta me transmitió esa ansiedad. Estaba angustiado”.

Tras el pitazo final de Pezzotta y el descenso de River consumado estallaron incidentes en el estadio y sus alrededores. Pero la histórica caída del ‘Millonario’ a segunda división -la primera en su historia- no derivó en desmanes en el país. River recuperó su lugar en la máxima categoría del fútbol argentino un año después, cuando se coronó campeón del torneo Nacional B. (I)