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Mohsen, el DT que volvió a nacer en la frontera
“Gracias, os quiero a todos”. Las primeras palabras de Osama Abdul Mohsen, el refugiado sirio cuya imagen ‘zancadilleado’ por una reportera húngara dio la vuelta al mundo, a su llegada a España no dejan lugar a las dudas sobre su felicidad. Mohsen, de 51 años, y su hijo Zaid, de 7, viajaron desde Munich a Barcelona en avión y desde allí a Madrid en el Tren de Alta Velocidad tras aceptar el milagroso contrato ofrecido por la escuela de entrenadores de fútbol Cenafe de Getafe, para formar a los jóvenes valores del pueblo a cambio de cobijo y manutención para él y toda su familia.
Y la duración del acuerdo se extenderá al menos hasta que Mohsen pueda vivir por su cuenta. El precio que pagó por salir con vida del infierno sirio, esquivar un sinfín de problemas fronterizos con éxito y decirle 4 cosas a la cara a la deplorable reportera con su hijo en brazos ha tenido su justa recompensa.
Porque si hay historias que reconcilian a la gente con el género humano y, en cierta medida, también con el periodismo, esa es la de Osama Abdul Mohsen. Para entender el motivo de su llegada a España hay que remontarse a esa vergonzosa secuencia en la que la húngara Petra Laszlo le pone una zancadilla de forma artera ante la atenta mirada de una cámara de televisión.
Las imágenes del hombre en el suelo, de cómo se levanta sin soltar a su hijo y luego se revuelve contra la autora no solo fue una clase magistral de dignidad para la audiencia sino que ha servido para procesar a Laszlo ante la imposibilidad de enviarla a una isla ignota en otro planeta.
Lo que nadie pensó, sin embargo, es que aquel vergonzoso suceso pudiera precipitar una cascada de acontecimientos que cambiarían su destino por completo. Todo tiene su explicación. Resulta que la patada estelar de Petra Laszlo fue presenciada por millones de espectadores entre los que estaban tres periodistas de la cadena árabe de TV Al Aan, que son gente que está por todas partes. El orgullo de Mohsen les dejó más boquiabiertos que a la reportera sentirse el ejemplo granado de la vergüenza nacional.
Es probable que los periodistas árabes hubieran oído hablar algo de él, porque el equipo Al-Fotuwa destacaba por su fútbol dinámico y veloz en Oriente Medio, pero descubrir la identidad de aquel refugiado agredido superó todas sus expectativas. Era el mago que había transformado un humilde equipo en otro temible tras ganar dos Ligas y una Copa de Siria antes de la guerra.
Estaba más flaco, es cierto, pero era Osama Abdul Mohsen al que muchos daban por muerto tras ser perseguido, detenido y torturado por esbirros del régimen de Bashar al-Assad hace algunos años.
Tras escapar, sobrevivió a francotiradores y a los bombardeos sangrientos del Estado Islámico. Solo le quedaba la huida. Lo hizo por Turquía y de allí a Europa donde le aguardaba una vida miserable y una despreciable acogida. Su mujer, agotada, prefirió esperar en Turquía a que Mohsen abriera el camino. Y lo hizo en Grecia, Macedonia, Serbia y Croacia hasta que el pie de Petra Laszlo se cruzó en su destino.
El jueves pasado llegó a España, eufórico y agradecido. “Nos ha dicho que es una oportunidad única y que la aprovechará a fondo”, afirmó Alex Martín, codirector de las escuelas Cenafe en Barcelona, que fue a recibirle al aeropuerto. Se fundieron en un gran abrazo y le entregaron dos regalos, aunque uno de ellos, la camiseta del Barça, no le hiciera gracia por ser un acérrimo seguidor del Real Madrid.
Ayer durmió en su nueva casa de Getafe y el ayuntamiento del municipio ha confirmado que compartirá los gastos de su manutención con la escuela de fútbol base.
El lunes será sometido a unas pruebas técnicas donde comprobarán su nivel como estratega. Si no logra superarlas en este primer examen, comenzará a trabajar como administrativo y estudiará.
Todavía no lo han descubierto, pero les gusta hasta el nombre, que es el mismo que el del mundo imaginario de Simbad el Marino. Como DT, promete hacerlo todo, incluyendo lo más difícil, con una naturalidad desconcertante. Como decirle a Petra Laszlo que se vaya al diablo delante del mundo entero.
Datos
Al-Fotuwa SC fue el equipo Sirio en el que trabajó Osama Adbul Mohsen. Este club juega en la Liga Premier de su país; fue fundado en 1950.
Con el club sirio ganó tres títulos: dos ligas y una copa;estos logros fueron observados por los dirigentes españoles que realizaron los trámites pertinentes para localizarlo y contratarlo como formador.
El viaje a España inició en Alemania (Munich), se desplazó en tren hasta Madrid, pasando antes por París y Barcelona;finalmente llegó a Getafe, localidad donde residirá con su familia.
Osama viajó con su hijo Zaid, de 7 años, y Mohammed Al Ghabade, de 18, que había emigrado antes que ellos a Francia. Su esposa, y otros dos hijos se encontraban en Turquía.