Es mi segunda vez en Moscú y creo haber recorrido lo más notorio de esta ciudad. No todo, porque sería imposible. La capital rusa tiene 2500 kilómetros cuadrados de extensión territorial y, para hacer un paralelo, Quito tiene 320. Planteadas así las cosas, quisiera enumerar los "sí" de la ciudad de las cúpulas doradas. Esta es, obviamente, una lista arbitraria y subjetiva, sin un orden concreto.

- LAS IGLESIAS. Moscú es una suerte de Quito. Su casco central está repleto de templos religiosos, cada uno más vistoso que otro. Si hablamos de apariencia exterior, la mundialmente famosa estampa de San Basilio es la ganadora, aunque su interior no está a la altura. La que más me gusta es Cristo Salvador, de imponente altura. 

- LA HISTORIA. El comunismo quedó atrás, pero los rusos no niegan su pasado. Está ahí, para ser recordado y procesado. Hay estatuas de Karl Marx (la más notoria es frente al teatro Bolshoi), de Lenin (la que está en la puerta del estadio Luzhniki, por ejemplo) o las cientos de placas que en las puertas de los edificios conmemoran algún hecho que ahí sucedió. Se nota el respeto por el pasado.

- EL METRO. Ya desarrollaré este punto en un próximo artículo, pero apuntaré lo mejor: llega a todos lados, es barato y sus estaciones centrales son verdaderos museos. 

- EL VERANO. Sol casi eterno, que le pone vida a las calles y plazas. Todo abre temprano y cierra tarde. Como cualquier metrópoli que se precie de tal.

- LA ARQUITECTURA. Jaime Bayly hablaba de la "fealdad moscovita" para referirse a aquellas construcciones grises, brutales, cuadradas y enormes. Claro, hay mucho de eso, pero más son los edificios monumentales de belleza abrumadora, como los hoteles Ucrania y Leningradsky, la secretaria de Relaciones Exteriores, el teatro Bolshoi y, claro, el Kremlin. 

- EL TRANSPORTE. Aparte del ya citado metro, hay buses, trolebuses, tranvías, cuatro aeropuertos, trenes urbanos y suburbanos, sistema de bicicletas... Es imposible quedarse varado. 

- LA CULTURA. Los museos de toda temática -desde la "Gran Guerra Patriótica" hasta el vodka- están por toda la ciudad, eso sin contar las estaciones patrimoniales de metro. Teatros, cines (¡hasta de 22 salas!), exposiciones, música... La cultura es la gran actividad pública de esta ciudad.

- VARIEDAD CULINARIA. Sorprende por las opciones inusuales para nosotros: comida georgiana, ucraniana, tajika, afgana, mongola... son algunas de las más visibles. Pero dentro de la oferta foránea hay una campeona indiscutible: la japonesa, casi omnipresente.

En fin, algo de lo que puedo rescatar. En la próxima entrega, los "no" de Moscú.