El Gobierno de Grecia aceptó ayer la reanudación del campeonato de fútbol a puerta cerrada, después de que fuera suspendido el fin de semana pasado -por tercera vez en esta temporada- con el objetivo de tomar medidas contra la violencia.     

Stavros Kontonis, ministro de Deportes, dio la autorización. La Liga y los clubes están de acuerdo en aceptar las medidas.  

Entre las acciones propuestas por la Super League para combatir la violencia, transmitidas al Ministro de Deportes, figuran la instalación de la venta de entradas mediante sistemas electrónicos, cámaras de seguridad en los estadios, severas sanciones contra los aficionados que causen problemas, prohibir barras organizadas y la posibilidad del árbitro de interrumpir los partidos en caso de lanzamiento de proyectiles o invasión del terreno.   

El Gobierno de Grecia anunció el pasado miércoles la suspensión de los partidos de primera división del fin de semana, mientras decidía las medidas a tomar tras los incidentes sucedidos en el duelo entre el Panathinaikos y Olympiakos, entre ellos agresiones, lanzamientos de objetos e invasión del campo.

Fue la tercera suspensión de la competición en la actual temporada. La primera se decretó en septiembre, después de la muerte de un aficionado en la isla de Creta durante un partido de tercera división.

En noviembre de 2014 también se suspendió el fútbol tras una agresión a un árbitro que tuvo que ser hospitalizado.