El 2014 significó para Robert Burbano el año de su consagración. Fue el juvenil indiscutible en Emelec, se coronó campeón con el equipo ‘eléctrico’ y fue llamado por primera vez a una selección nacional.  

El volante jugó 31 partidos bajo el mando del estrategaGustavo Quinteros, quien no lo usó simplemente por cumplir el reglamento de un juvenil en cancha. Casi en todos los partidos se mantuvo en el campo durante los 90 minutos.

Esa regularidad lo llevó por primera vez a la Tricolor. Con el DT Sixto Vizuete también se mantendrá como titular en el Sudamericano Sub-20, que iniciará el 14 de enero en Uruguay.   

“Era una cuenta pendiente para mí el poder estar en una selección nacional. En otras categorías no pude estar y, después de un gran año, el profesor Sixto Vizuete contó conmigo para el torneo”, comentó Burbano, ayer, luego de la práctica en la Casa de la Selección, donde se concentra el equipo.

Él toma con tranquilidad el hecho de haber sido uno de los juveniles más destacados del torneo pasado. Siempre repite que el trabajo constante fue su mejor arma para encontrar un espacio en el campeón ecuatoriano. No se sintió intimidado por demostrar su habilidad con el balón frente a otros jugadores más experimentados.

Esa seguridad, dice, la heredó de su padre, del mismo nombre, que jugó durante 26 años a escala profesional. Pasó por Universidad Católica, Liga de Quito, El Nacional, entre otros, y mientras terminaba su carrera encaminó a su hijo en el fútbol. “A mí me facilitó mucho el hecho de tenerlo cerca para el crecimiento de mi carrera. Más que en la parte deportiva es una guía en el aspecto sicológico y de cómo afrontar las cosas fuera del fútbol. Ha sido siempre un gran respaldo para mí”, dijo el volante quevedeño.

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Robert no vio jugar a su padre a pesar de que él actuó hasta 2011 en la segunda categoría con Caribe Junior. Las distancias y sus obligaciones le impidieron observarlo en vivo, pero relató que siempre le recuerdan que el juego de su padre era muy similar al de él.

La velocidad y la habilidad eran las características del menudo volante, que también llegó a la selección absoluta en la década del 90. Esas 2 virtudes también las explota el jugador de 19 años, que ahora pretende superar lo que hizo su progenitor durante su carrera.

“Eso es algo que todo hijo busca y aún me falta mucho para conseguir lo que él logró. Tengo su respaldo y el apoyo de mi familia para seguir creciendo. Si llegamos al Mundial habré conseguido algo que a mi papá le faltó”, agregó.

El objetivo central de la ‘Tri’ y de Burbano es clasificarse al tercer mundial de la categoría. Se visualiza enfrentando a los mejores del planeta para demostrar su capacidad ante la mirada de los cazatalentos, en busca de una oportunidad en el extranjero.

Robert vive un momento ‘dulce’ en su carrera deportiva que no piensa desaprovechar. La titularidad en el Sudamericano significa una responsabilidad, pero no se amilana. Ya sabe lo que es jugar en el extranjero, pues también participó en los torneos internacionales que Emelec disputó.

DATOS

Robert Javier Burbano Cobeña nació en Quevedo el 10 de abril de 1995. El primer club en el que actuó fue Barcelona, entre 2008 y 2010.

Después de su paso por las formativas ‘toreras’ fue fichado por Independiente delValle. Con el club de Sangolquí debutó en primera en 2012 y, además, jugó en el equipo de reservas.

Emelec lo contrató a mediados de 2013 y ese año actuó en 9 ocasiones con el equipo principal y 13 juegos con el plantel de reservas. Mientras que en 2014 se consolidó en el primer equipo con 31 partidos.

Burbano tiene como referente en su posición al español Andrés Iniesta, del FCBarcelona. Asegura que su velocidad y precisión son virtudes que él intenta imitar del volante.