De tener un terreno vacío a contar con uno de los complejos deportivos más importantes del país parece un sueño. O, al menos, así lo miran los directivos y cuerpo técnico del Independiente del Valle, equipo que el jueves se enfrentará a Boca Juniors, de Argentina, en el partido de vuelta de la Copa Libertadores de América.

En 2010, el equipo, que tiene su sede en Sangolquí (Pichincha), ascendió a la serie A. En apenas seis años en esta serie ha participado tres veces en la Copa Libertadores de América. Pero ahora es cuando más lejos a llegado: a una semifinal.

A pesar de ello, la historia del club se remonta a 1958, cuando fue por José Terán, un sangolquileño aficionado al fútbol, quien miró la oportunidad de contar con un equipo que represente al cantón Rumiñahui.

Independiente del Valle convirtió el complejo que posee en su "búnker", desde donde se han forjado los futbolistas que hoy destacan en el primer plantel. Después de varios años sin un lugar fijo para entrenarse, desde 2009 el conjunto "negriazul" lo hace en su centro de alto rendimiento.

El lugar cuenta con 7 canchas reglamentarias y 1 sintética donde practica el primer equipo y también las diversas plantillas de las formativas. Pero los jóvenes prospectos no solo pasan en las canchas, sino también en las aulas, pues la institución implantó clases para ellos y logran el bachillerato técnico en deportes. Estudian 80 jóvenes, entre 18 y 20 años.

El modelo de gestión que implementó la directiva se basa en la formación integral de los deportistas, es decir, que no solo sean buenos futbolistas, sino también buenas personas.

El centro de alto rendimiento ha sido reconocido también a nivel internacional, pues equipos del extranjero como el Gremio o la selección femenina de Argentina se han entrenado y hospedado en el lugar, por las facilidades que tiene para la práctica del balompié. (I)