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El Telégrafo

La trinchera de Vito

¿Está para una final?

¿Está para una final?
20 de febrero de 2015 - 00:00 - Vito Muñoz

Los procesos se trabajan y se consolidan. Eso Emelec lo tiene bien claro.

El equipo ‘millonario’ se ha implantado un chip dominador, animador y protagonista. Un Emelec sin brillo, ya es raro ver.  Desde Perrone hasta Sampaoli consolidaron el estilo de juego del cuadro azul, una filosofía que de a poco se afianzó con bases de hierro.   

Emelec empezaba a jugar bonito, ganaba partidos, ganaba etapas, pero le faltaba la estocada final. Desde el 2010 al 2012 Emelec perdió tres finales, tenía que conformarse con ser segundo y vivir bajo la sombra de los de Quito o inclusive de su eterno rival: Barcelona.

Pero como los procesos siempre terminan dando grandes frutos, la gloria iba a llegar. Gustavo Quinteros llegó en la segunda mitad del 2012, mantuvo la línea de buen juego pero no le alcanzó, ese año fue de Barcelona. Sin  embargo, todo eso se quedaría en la historia.

En el 2013 iba a ser diferente. El entrenador argentino-boliviano empezó la temporada con el club azul, movió varias piezas, puso su firma y la maquinita eléctrica empezaba a funcionar por la línea recta. Esa temporada fue de Emelec. La década de altibajos quedaba desterrada. La estrella 11 llegó a la casa azul.

Quinteros, un técnico metódico, conocedor del fútbol moderno, táctico, obsesivo, con un perfil alejado de la demagogia. Su visión se registró en el equipo del Capwell. Jugadores en cada una de sus líneas (Enner Valencia, Pedro Quiñónez, Gabriel Achilier y Esteban Dreer) aportaban para que sus pensamientos se plasmen en el terreno de juego y Emelec casi siempre gane a nivel nacional. Los azules ya poseían una memoria colectiva perfecta. Pero si el 2013 fue perfecto, el 2014 fue de ensueño.

El ‘Bombillo’ ganó merecidamente la primera etapa de esa temporada. Eran casi que inalcanzables: El fondo y la forma de su juego era simplemente diferente. Independiente, un equipo novel, sin jerarquía, Liga de Quito, un equipo marcado por una transición y Barcelona el equipo problemas. Ninguno pudo hacer nada para anular la hegemonía azul en esos meses.  Pero el largo trajín por campeonato y copa internacional le iban a jugar una mala pasada al club millonario. En la segunda etapa del 2014 decayeron.

La identidad estaba, pero el nivel individual y colectivo llegó a saturarse y no pudieron ser campeones directos.

El destino, la vida o como quieran llamarle les tendrían el mejor camino posible para gritar bicampeones. La segunda etapa del año anterior la ganó Barcelona, un equipo que era más enjundia que fútbol. Que habían pasado por dos manos diferentes en esa temporada (Ischia e Israel).

La final fue del Astillero, pero la gloria eterna fue azul. Emelec exhibió todo su potencial, dio un recital, venció al eterno rival, ganó el clásico más importante de la historia y consiguió su estrella 12.

La mención especial en todo lo logrado fue para jugadores como Miller Bolaños (deslotado) y Ángel Mena (prodigioso), ambos claves para el gran éxito del equipo de Gustavo Quinteros.  

Una vez que superaron las barreras nacionales, las ideas de Nassib Neme y compañía se movieron siempre por el mismo eje: la proyección internacional. Emelec se desvive por la Libertadores o la Sudamericana. El bicampeón está intacto. En 2014 el ‘Bombillo’ se ubicó entre los 8 mejores de la Sudamericana y quiere ir más allá.

La primera parada es la Libertadores, donde los campeones ecuatorianos ya demostraron de qué están hechos. El debut fue prometedor.

Con una gran planificación de movilidad, estrategia y trabajo colectivo a base de sacrificio, entrega y funcionamiento, el ‘Bombillo’ brilló en tierras araucanas luego de 48 años.

Un Miller Bolaños en todo su esplendor, más la solidez del equipo en todas sus líneas hicieron que Emelec dé la primera sorpresa en esta edición de la Copa Libertadores tras vencer a Universidad de Chile en su patio.   

Gustavo Quinteros es el director de toda esta orquesta, este equipo es auténticamente suyo, pero el ex DT de la Selección boliviana decidió tomar el mando de la Tricolor nacional y solo estará hasta la quincena de marzo. Ahora en Emelec abundan las preguntas: ¿Quién será el nuevo DT? ¿Cómo afectará al juego de la plantilla que, hoy por hoy, juega casi “de memoria”? ¿Se reducirá la efectividad de la pretemporada? ¿Los objetivos planteados siguen en pie? ¿Tendremos que borrar todo y volver a empezar desde cero?

Tantas preguntas suenan un poco negativo, pero proviene de una preocupación legítima.

Sin embargo, por ahora el gran triunfo del cuadro azul en Chile invita a que propios y extraños tomen seriedad para hablar de ellos. La primera impresión fue bastante buena, porque jugó como se deben jugar los partidos de ese tipo y salió triunfante. Ahora la pregunta final es: ¿Emelec es un candidato a alzar el máximo cetro futbolístico de América? Las credenciales azules han sido presentadas.

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