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El Telégrafo
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El proyecto fue impulsado en su momento por julio grondona, ex ’mandamás’ del fútbol ‘albiceleste’

El torneo argentino de 30 equipos genera más dudas que certezas entre los dirigentes

Crucero del Norte (amarillo) ascendió el domingo pasado a la primera división tras golear 3-0 a Patronato. Foto: Internet.
Crucero del Norte (amarillo) ascendió el domingo pasado a la primera división tras golear 3-0 a Patronato. Foto: Internet.
03 de diciembre de 2014 - 00:00 - Marcelo Izquierdo

El fútbol y la política siempre fueron de la mano en Sudamérica. Los brasileños llegaron a tener una liga de 94 equipos en 1979. En ese entonces, la Alianza Renovadora Nacional (Arena), el partido creado para respaldar a la dictadura, sumaba equipos al torneo para tapar conflictos. La ironía popular decía: “Onde Arena vai mal, um clube no nacional. Y onde a Arena vai bem, mais un clube também” (A donde Arena le va mal, un club al torneo nacional. Y a donde Arena le va bien, un club más también”).

Más de tres décadas después, el fallecido presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Humberto Grondona, dejó una herencia difícil de sobrellevar al fútbol argentino: un campeonato con 30 equipos que muy pocos clubes respaldan y que genera hoy más dudas que certezas, en una muestra más de la desorganización que reina en las tierras futboleras del subcampeón mundial.   

Grondona murió el 30 de julio pasado, después de 35 años al frente de la AFA. Su último proyecto fue impulsar la federalización del torneo local. La idea era incorporar más clubes del interior del país a la máxima categoría y para ello decidió que este año ascendieran de la segunda división 10 equipos que se sumarán el año próximo a los 20 que disputan actualmente el campeonato argentino.       

En ese momento ‘don Julio’ prometió que el Gobierno daría más aportes financieros a través del programa estatal ‘Fútbol para Todos’, que se encarga de transmitir por televisión abierta todos los partidos del torneo. Y, además, que introduciría un sistema de apuestas que ayudaría a financiar el nuevo certamen. Todos los dirigentes lo respaldaron a mano alzada. No tanto por convencimiento, sino porque nadie jamás se animó a contradecir a Grondona. El ‘mandamás’ de la AFA era un monarca al que nadie osaba nunca cuestionar por miedo a represalias institucionales que perjudicaran a los clubes.  

Pero Grondona murió, el Gobierno atraviesa un complejo panorama económico y el sistema de apuestas cayó en el olvido. En síntesis: la segunda división define estos días 10 ascensos y los clubes de primera división aceptaron a regañadientes un torneo de 30 equipos.  

Los clubes impulsaron entonces un certamen de transición en el primer semestre del año próximo, dividido en dos zonas; y luego un campeonato largo, entre agosto de 2015 y mayo de 2016, para adaptarlo al calendario europeo. Pero la AFA, por presión del Gobierno, decidió esta semana que entre febrero y diciembre se jugará un torneo de 30 equipos, en una sola rueda, todos contra todos.  

Pero, ¿cuál fue el motivo? Algunos dirigentes dicen por debajo de la mesa que la idea es que no haya descensos hasta después de las elecciones de octubre de 2015. Y esto no es un hecho menor en un país donde la pérdida de categoría es tomada como una catástrofe por los hinchas, lo que incidiría en el humor social a la hora de votar.  

En contraste, un nuevo contingente de cientos de miles de fanáticos estarían disfrutando de ver a sus equipos en primera división a lo largo de todo el país durante un año electoral. Y el programa oficial ‘Fútbol para Todos’ aprovecha cada transmisión para dar a conocer el programa de obras del Gobierno y fijar postura sobre determinados temas, lo que la oposición define como ‘propaganda política con dinero estatal’. Entonces el torneo de transición se jugará recién en el primer semestre de 2016.   

Pero el nuevo formato provocó la ira de Boca Juniors. Fue entonces que su presidente, Daniel Angelici, salió a fustigar a la AFA y al Gobierno: “En la AFA hay que escuchar a todos. Todos los clubes habían aprobado el torneo (de transición primero y luego otro) de agosto a mayo, pero parece que el Gobierno es el que decide cómo se juegan los torneos. Como el dinero (que aporta el Estado por la televisación) hace falta en la AFA el torneo se juega de febrero a diciembre”.

Desde el Ejecutivo le contestó el jefe de gabinete, Jorge Capitanich: “¿Qué puedo esperar de Daniel Angelici que es activo militante del PRO, partido derechista del alcalde porteño Mauricio Macri? Por lo tanto, lo que él hace, lo hace con una finalidad política”.

Hoy, en Argentina, nadie duda de que la política metió la mano en el fútbol desde todos los rincones ideológicos. Pero los clubes ya piensan en cómo normalizar el número de equipos en la primera división a futuro.  

El objetivo es que haya cuatro descensos y dos ascensos desde la segunda categoría cada temporada para que, en unos años, el fútbol local vuelva a tener solo 20 o un máximo de 22 equipos de primera.

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