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China contrata jugadores en edades para competir

El brasileño Oscar llegó el lunes a China en medio de las ovaciones de los aficionados del Shanghai SIPG
El brasileño Oscar llegó el lunes a China en medio de las ovaciones de los aficionados del Shanghai SIPG
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Unos $ 39,4 millones por temporada: el salario astronómico que tendrá el atacante argentino Carlos Tévez en el Shanghai Shenhua, ilustra la explosión de fichajes en China, una fiebre que se debe sobre todo a una voluntad política, creen los analistas.     

Antes del traspaso de Tévez, el brasileño Oscar también se convirtió recientemente en uno de los mejor pagados del mundo, con $ 24,9 millones anuales, al fichar por el Shanghai SIPG tras pagar $ 73,7 millones al Chelsea, un récord en Asia.    

De esta manera, el mercado chino supera al inglés, con más de 8.000 millones de yuanes ($ 1.143 millones) gastados en 2016.    

La tendencia empezó a darse en el mercado de enero de 2016, cuando la Super League China (CSL) había adelantado a la Premier League inglesa con una suma récord de $ 343 millones por el fichaje de 163 jugadores, según el portal  Transfermarkt.  

El pasado año, ‘el mundo entero se vio sorprendido’, pero ahora ‘el efecto sorpresa no está y todos se esperan lo mismo’, subraya Mark Dreyer, del China Sports Insider.

“Los propietarios millonarios quieren superarse unos a otros y seguir atrayendo grandes nombres”, explica Marcus Luer, de la agencia de marketing Total Sports Asia.

Antes los clubes chinos buscaban sobre todo a brasileños desconocidos o a jugadores en el final de sus carreras, como el francés Nicolas Anelka; ahora, las más grandes estrellas del fútbol están en las agendas de los equipos.

El atacante portugués Cristiano Ronaldo, del Real Madrid, rechazó una oferta millonaria de $ 311,7 millones de un club de fútbol chino, según señaló el jueves pasado su agente Jorge Mendes.    

En una entrevista a Sky Sports Italia, Mendes contó que Cristiano recibió una oferta de un equipo del país asiático que no quiso nombrar con un sueldo de $ 103,9 millones anuales.  

Además de los fichajes faraónicos, los inversores chinos han abierto la cartera para adquirir los derechos de televisión de los campeonatos y de los clubes extranjeros, con participaciones más o menos elevados en clubes como el Atlético Madrid, el Espanyol, el Inter Milán o el Aston Villa, entre otros muchos.

Las enormes sumas invertidas no tienen realmente sentido económico para muchos. Respecto a sus ingresos, las entradas para ver los partidos de los clubes más populares de la Super League se venden a un precio irrisorio y los derechos de televisión de su campeonato son muy bajos. “No se puede entrar en esos gastos extras cuando se desembolsan estas sumas por jugadores en la cumbre, no se puede retornar la inversión”, asegura Mark Dreyer.

Esta estrategia responde a la voluntad del régimen y del presidente chino, Xi Jinping, de preparar el terreno con la mirada puesta en organizar algún día un Mundial y el objetivo de ganarlo.

Con un horizonte lejano, puesto que China solo ha participado en el Mundial de 2002, este país se encuentra en la 82ª posición de la clasificación de la FIFA. El gigante asiático, el más poblado del mundo con 1.375 millones de habitantes, se halla por detrás de archipiélagos como Cabo Verde y Saint-Kitts-and-Nevis, con menos de 600.000 habitantes cada uno de ellos.

China pretende consolidarse en unas décadas como una potencia futbolística de primer orden. El presidente Xi Jinping ha diseñado un plan dividido en tres fases. La primera, hasta 2020, consiste en potenciar el fútbol base con la incorporación de 30 millones de escolares; la segunda, hasta 2030, construir un campo de fútbol por cada 10.000 habitantes para un total de 135.000 terrenos de juego e intentar organizar los Mundiales de 2026 o 2030; y la tercera pasa por “conseguir una de las mejores selecciones mundiales y una liga a la altura de las mejores del mundo”.

La selección entrenada por el italiano Marcello Lippi ocupa la última plaza de su grupo en las eliminatorias por el Mundial de Rusia de 2018, casi sin esperanzas de clasificarse. “Se gasta mucho dinero en los salarios de jugadores extranjeros, mientras que debería ser en los centros de formación”, lamenta Mark Dreyer.

Los jugadores de renombre parecen servir como una llamada y la estrategia global muestra una inflexión: los clubes chinos están obligados a controlar ahora sus gastos en fichajes para evitar una grave burbuja especulativa, avisó a mediados de diciembre el Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista chino en el poder.

La Federación China de Fútbol (CFA) anunció que reducirá de cinco a cuatro la cuota de jugadores extranjeros autorizados en cada club para evitar obstaculizar el horizonte de los futbolistas chinos.

“Los jugadores extranjeros de alto nivel han aportado su dinamismo a la CSL y han hecho los encuentros más atractivos, pero han creado un carga económica para los clubes al reducir las oportunidades a los nuevos jugadores”, subrayaba la federación, que precisa que solo tres extranjeros serán autorizados a jugar al mismo tiempo en cada equipo.  

El modelo es distinto al de otras competiciones emergentes. En los últimos años, la MLS estadounidense o la Liga de Qatar han fichado a íconos como Xavi Hernández, Thierry Henry o Raúl González, que ya han cumplido sus ambiciones en cuanto a títulos y buscan un cambio de aires en ligas de menor exigencia con contratos millonarios.  

No obstante, la Superliga China busca otro perfil. Hasta ahora muchos de los fichajes son de futbolistas de nivel en una edad ideal para competir, pero que no cuentan con oportunidades en sus respectivos equipos: Jackson llegó al Atlético como un 9 referencia pero no encajó en el sistema de Simeone y Oscar alternó buenas temporadas con otras irregulares en Inglaterra y ya no entraba en los planes de Conte. De esta manera, los fichajes llegan con la perspectiva de jugar más años y de dar un rendimiento alto, en lugar de la jubilación de oro que dan a entender las incorporaciones a la MLS o a Qatar.  

La Superliga China ha pasado de ser una desconocida a ser una amenaza para las grandes ligas europeas. Las cifras ofrecidas rompen el mercado y las escalas salariales actuales, siendo un incentivo irresistible para muchos jugadores. (I)

Datos

En los últimos años llegaron al campeonato chino futbolistas como los brasileños Hulk (Shanghai SIPG), Alex Teixeira y Ramires (Jiangsu Suning), el colombiano Jackson Martínez (Guangzhou Evergrande) y el marfileño Gervinho (Hebei Fortune).

Diego Costa recibió una propuesta del Tianjin Quanjian, que le reportaría $ 28 millones anuales y entre 80 y 90 al Chelsea, aunque en principio ha declarado que “está feliz” en el club londinense y ha dejado en un segundo plano la posibilidad de seguir su carrera en Asia.

El portugués Pepe, defensa del Real  Madrid, está muy cerca de aceptar la oferta del Hebei Fortune, que le pagaría $ 10,3 millones por temporada, el doble de lo que percibe en el club blanco. El Hebei Fortune tiene al frente a un técnico que conoce bien a Pepe: Manuel Pellegrini. (I)

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