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El Telégrafo

La fifa nombrará otros anfitriones si se comprueba la compra de votos para las sedes asignadas en 2018 y 2022

EE.UU. habría solicitado a Blatter despojar a Rusia del Mundial 2018

EE.UU. habría solicitado a Blatter despojar a Rusia del Mundial 2018
09 de junio de 2015 - 00:00 - Redacción Fanático

Rusia y Qatar se quedarían sin la organización de los mundiales de 2018 y 2022, si se comprueba que para su adjudicación recurrieron a la compra de votos (sobornos), así lo dijo Doménico Scala, presidente de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

Scala realizó esta declaración bajo petición directa del presidente en funciones de la entidad, Joseph Blatter, quien dimitió debido a las investigaciones que por corrupción le sigue el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La voluntad del suizo, según el funcionario, es  dirigir reformas estructurales en la institución.  

Pero, ¿cuál es el alcance de la investigación de la justicia norteamericana? El mismo Blatter dijo, luego  de ser reelecto, que “hay algo que huele mal” en las acciones estadounidenses, pues las redadas en las que se detuvo a los primeros acusados de sobornos y lavado de activos se hicieron 2 días antes de las elecciones en la FIFA.

Mencionó, incluso, que Estados Unidos era el principal patrocinador de Jordania, país de donde proviene el príncipe Alí Bin Al-Hussein, quien fue su opositor en los comicios. Aseguró que los problemas legales de la FIFA se derivan de haber elegido, 5 años antes, a Rusia y Qatar como anfitriones de las copas del mundo de 2018 y 2022.  

Recordó que los británicos también fueron candidatos para el certamen de 2018 y los estadounidenses lo eran para el de 2022, ambos perdieron sus postulaciones.

A eso se suma el antecedente de que en abril de este año, casi 2 meses antes de las elecciones en la FIFA, un grupo de senadores de Estados Unidos le envió una carta a Blatter solicitándole que cambie de sede el torneo de 2018 como castigo al presidente ruso Vladimir Putin por las continuas violaciones de la integridad territorial de Ucrania.

Y fue precisamente Putin quien momentos después de las detenciones de 7 implicados en Zúrich, interpretó que el procedimiento judicial de Estados Unidos se debe a que Blatter resistió a las presiones que intentaban disuadirle de atribuirle a Rusia el Mundial de 2018.

Pero las siguientes revelaciones de la justicia norteamericana no únicamente obligaron a Blatter a dimitir y anunciar nuevas elecciones, sino que los gobiernos de países como Sudáfrica o Trinidad y Tobago se ven implicados en el escándalo.

Un correo electrónico de 2007 muestra que Blatter y el entonces presidente sudafricano Thabo Mbeki tuvieron ‘discusiones’ sobre un pago de $ 10 millones que, presuntamente, llegaron a manos de directivos de fútbol corruptos a manera de compensación por su apoyo a la candidatura de ese país como organizador del Mundial de 2010.

El rotativo inglés The Sunday Times informó acerca de una supuesta manipulación de votos para favorecer a Sudáfrica para que acoja ese mundial, ya que en realidad Marruecos habría ganado la votación.

Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA, que se defiende en libertad bajo fianza de la justicia estadounidense, causó inquietud en su país, Trinidad y Tobago, al precisar que tiene documentos que incluirían cheques y declaraciones sobre otras cuestiones que salpican a la actual primera ministra trinitaria, Kamla Persad-Bissessar. De acuerdo a las averiguaciones, Warner habría utilizado para gastos personales parte de los $ 10 millones que la organización del Mundial de Sudáfrica destinó a un programa de ayuda a la diáspora africana en el Caribe.

El experto en  información internacional Aitor Montero no cree que exista un trasfondo geopolítico en las ejecutorias de la justicia norteamericana. En su opinión, las investigaciones comenzaron hace muchos años y ahora, más bien, las fiscalías de cada nación implicada deberían indagar a fondo a sus federaciones locales de fútbol.

Andrés González, catedrático de relaciones internacionales de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), considera que la estructura fraudulenta diseñada por la FIFA para asignar sedes o derechos de televisión y mercadeo de sus torneos degeneró por completo el concepto de organización sin fines de lucro.  

En razón del poder de la entidad conducida por Blatter, a la cual los gobiernos no podían intervenir ni fiscalizar, la corrupción era vista como algo normal y aunque muchos mandatarios no la aceptaban, sí la toleraban. “Ahora hay que replantear, este tipo de instituciones deben rendir cuentas y tener vigilancias externas”, señala.

El panorama de un posible cambio de anfitriones para los campeonatos mundiales de 2018 y 2022 también preocupa a las empresas que los patrocinan. Y no es para menos, en los mundiales suelen aumentar sus ventas.

Según una publicación de Forbes, Anheuser-Busch InBev, la mayor cervecería del mundo, dueña de las marcas Budweiser, Stella Artois y Corona, reportó un incremento del 9,5%, equivalente a 4.850 millones de euros, gracias al consumo extra de 140 millones de litros que se generaron en el Mundial Brasil 2014.

María Dolores Brito, profesora de negocios de la USFQ, cita que hay 3 niveles de auspicio: los socios, empresas que están donde haya competencias del dueño de los torneos; auspiciantes internacionales, que están en determinado año o justa; y los patrocinadores locales, firmas del país sede que apoyan cuando la lid es en su territorio. Estas podrían ser las principales perjudicadas. (I)

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