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Bravo, una exhibición que borra su peor año
Tras una temporada negra en el Manchester City, que finalizó con una lesión muscular, Claudio Bravo se quitó todas las penas el miércoles pasado con una actuación extraordinaria en los penaltis de la semifinal de la Copa Confederaciones contra Portugal.
Su gran actuación, en la que paró los tres primeros penales, sin que fuera necesario lanzar más, se vio acompañada de una arenga a sus compañeros antes de la tanda, que dio confianza al grupo y que quedará para la leyenda de la ‘Generación Dorada’.
Durante los dos primeros partidos de la Confederaciones fue Johnny Herrera el que defendió el arco de Chile, mientras que Bravo aceleraba la recuperación de su lesión en el gemelo izquierdo que lo tuvo parado dos meses.
Volvió ante Australia (1-1), pero su momento llegaría el miércoles cerca de la medianoche en Kazán, cuando volvió a decantar el resultado para Chile con sus paradas.
Protagonista en la consecución de las dos ediciones de la Copa América que Chile ostenta (2015 y 2016) al acertar un lanzamiento en cada una de las tandas de las finales ante la Argentina de Lionel Messi, el gran capitán se superó a sí mismo en Rusia. Pero antes de sus tres tapadas ofreció una lección de lo que debe ser y hacer un capitán.
Los jugadores de Chile se habían reunido y el seleccionador Juan Antonio Pizzi ofreció los lanzadores. “Atentos, la lista es así; Vidal, Aránguiz, Sánchez, Ponce y Díaz”, señaló el hispano-argentino.
Entonces, de cuclillas en el medio, Bravo pidió la palabra. “Escuchen, muchachos”, se impuso ante los gritos de sus compañeros.
“Peleamos, sufrimos, corrimos, dejamos todo adentro. No se dio, es verdad, pero ahora tranquilidad, amigos... Tenemos experiencia de sobra, nos sobran los huevos. Apoyemos a los compañeros. Pase lo que pase nos vamos con la cabeza en alto”, dijo y el grupo estalló en gritos y aplausos.
Arturo Vidal, otro de los pesos pesados, desveló un mensaje del arquero que no captaron las cámaras: “Bravo nos dijo antes de los penales que iba a atajar dos o tres. Extraordinario que el capitán te ofrezca esa confianza para empezar la tanda de los disparos”, compartió Vidal.
A sus 34 años, Bravo consigue con esta actuación quitarse el amargo sabor de su peor temporada en la última década. Tras permanecer ocho campañas en la Real Sociedad, donde era un referente, recibió la gran oportunidad en 2014. Jugó dos años en el Barcelona, compartiendo titularidad con Marc André Ter Stegen y ganó todos los títulos.
La llamada de ‘Pep’ Guardiola justo antes de comenzar la última temporada le hizo apostar por el City. En un año muy complicado para el club de Manchester, el portero se convirtió en el blanco de todas las críticas. Perdió la confianza y cometió varios errores de bulto, una rareza en un arquero que destaca por su regularidad y solidez. (I)