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Sueño brasileño levanta las ventas de productos
A una semana de que empiece el Mundial de Rusia, los mercados de Río de Janeiro, inundados en una fantasía de color verde-amarilla, venden todo lo necesario para acompañar a la selección en su sueño por el sexto título mundialista, desde la clásica bandera hasta uñas postizas.
Y la impresión general de los comerciantes es que las ventas de estos artículos están aumentando, si bien “lo harán más a partir de la semana que viene, más cercana al inicio del campeonato”, afirmó Junior França, un vendedor del mercado popular carioca de Uruguaiana.
La expectativa de los comerciantes es que las ventas crezcan el 1% durante el tiempo del Mundial, porcentaje que podría ir aumentando si la selección brasileña avanza en la competición, según apunta una encuesta del centro de estudios de la patronal de comerciantes de Río de Janeiro.
“Brasil es sinónimo de fútbol y su población no va a dejar de creer nunca en las posibilidades de su selección, a la que siempre sigue con fervor, si bien desde el pasado Mundial los brasileños no están creyendo tanto porque siguen desanimados con la derrota por 7-1 contra Alemania”, recordó el comerciante Sergio Alves.
“Los aficionados de la Canarinha no esperan esta Copa con tantas ganas, por ello, a pesar de estar vendiendo bien, no está siendo tanto como en el anterior Mundial”, matizó Alves, quien explicó que fue en la Copa de Sudáfrica en 2010 cuando se registraron las mejores ventas.
Esta mercancía temática que acompaña a la afición durante algunos partidos en forma de gafas, gorras, camisetas o banderillas para luego acabar en el fondo de algún cajón, tiene un precio asequible que oscila entre un real (en torno a $ 0,26) para los artículos más baratos a 25 reales ($ 6,56) los más caros, como bufandas o camisetas para adultos.
Pero no solo los brasileños apoyan a la selección más laureada de la historia, muchos turistas llegan a comprar productos de Brasil porque es un país que atrae, gracias al carisma del ciudadano.
Una mujer que pasea por este céntrico mercado con su hijo, un niño de apenas 2 años, absorto con el crisol de colores, se detiene en uno de los comercios y prueba sobre su pequeño un abultado gorro verde con detalles amarillos. Manifestó que está comprando esas cosas para ver el partido.
“Al brasileño le gusta comprar productos para animar a su selección, el brasileño nunca desiste de su sueño”, expresó otra de las vendedoras, María de Paz. (I)