Domingo 8 de julio de 1990, estadio Olímpico de Roma, minuto 85 del partido. El lateral zurdo de la selección alemana Andreas Brehme, transforma el penalti que convierte a Alemania en campeona mundial por tercera vez en su historia. 24 años después, la situación del ‘3’ en la tricampeona mundial, ha vivido un giro inesperado y se ha convertido en un calvario poco frecuente en un futbolista de élite.

El que es todavía un ídolo para los alemanes ha visto su vida transformarse radicalmente hasta el punto de llegar a una situación límite. Las deudas lo ahogan y en tan solo 20 años Brehme ha pasado de deportista millonario a buscar desesperadamente un trabajo que lo salve de la ruina.

El lateral zurdo tiene ahora 53 años y, tras haberse sentado en los banquillos de Kaiserslautern y Unterhaching y haber sido segundo de Giovanni Trappattoni en el Stuttgart, no ha podido mantener su fortuna hasta el punto de tener una deuda cercana a los 200.000 euros. Varias personalidades del fútbol alemán, incluído el presidente del Bayern Múnich y antiguo compañero en la selección, Franz Beckenbauer, se han pronunciado públicamente a favor de ayudar a Brehme: “Tenemos la responsabilidad de ayudarlo, él hizo mucho por el fútbol alemán. Ahora es el turno  de hacer algo por él.”

Quien también salió en defensa y ayuda del jugador fue Oliver Straube, aunque de una manera muy distinta a la propuesta por Beckenbauer. Straube es propietario de una empresa de limpieza de canalizaciones y no tendría problema para admitir a Brehme. “Estamos dispuestos a dar un empleo a Andreas como ayudante de nuestra firma. Aquí se enteraría de lo que es trabajar de verdad haciendo el aseo de sanitarios. Eso le servirá para enterarse de cómo es la vida y para mejorar su imagen. Eso sí es ayudar a Brehme”, dijo Straube.

El periodista hispano-alemán Miguel Gutiérrez cree que la separación con su mujer puede ser una de las causas de la ruina, entre otros asuntos: “Él se separó de la mujer hace 4 años y eso hizo que tuviera que darle la mitad de su dinero, además de que los juicios por divorcio y por la custodia de los hijos cuestan mucho. Incluso  hace 2 años tuvo un problema con la justicia y perdió el carné de conducir”.

Tras haberse convertido en ídolo nacional para la Mannschaft, Brehme firmó en el verano de 1992 por el Real Zaragoza, donde coincidió con el actual ojeador del Everton inglés Jesús Seba. El exdelantero nos recuerda a Brehme como “una persona que al principio imponía mucho respeto, pero una vez que le conocías era un tío bastante alegre”. Seba confiesa que se marchó del Zaragoza “por problemas con el míster. Jugó unos partidos en el mediocampo por la lesión de Darío Franco y cuando se recuperó y tuvo que volver al lateral, Brehme no quiso y tuvieron una discusión. Entonces se fue”.

Al igual que todo el mundo del fútbol, Jesús Seba también se encuentra “sorprendido por la situación que está viviendo. Estamos hablando de una persona que estaba al máximo nivel. Verle en esta situación da un poco de pena”