En un reciente encuentro con Pepe Mujica, reflexionando sobre el significado real de la pobreza, me dijo que “pobre no es el que tiene poco, sino que verdaderamente pobre es el que necesita infinitamente mucho, y desea y desea y desea más y más”. Para Mujica la pobreza es un estado del ser humano frente a la vida. La pobreza, y peor aún la pobreza extrema o indigencia, es contraria al más elemental sentido de justicia social y por eso hay que eliminarla. Pero el consumismo se convierte prontamente en una nueva pobreza, ya que provoca que las personas nunca estén satisfechas con lo que tienen, impulsando la peligrosa carrera del crecimiento ilimitado en un mundo limitado.

La publicidad y el sistema educativo imperante en el mundo enseñan a los niños a ser exitosos, y esto se mide casi siempre mediante el dinero y la fama. Lo que se espera de la meritocracia no es tanto el reconocimiento social sino la expectativa de una mayor retribución económica. El que no es exitoso es tachado de fracasado por más valores y virtudes que practique. La publicidad nos bombardea día y noche por todos los medios de comunicación tratando de convencernos de que tal o cual artículo o actividad nos hará felices, y eso es una mentira. Por estas sencillas razones debemos redefinir el significado de la “pobreza integral”, la cual debe medirse por el sufrimiento humano.

¿No son pobres los miles de millonarios insatisfechos con su vida y los consumidores de drogas en todos los países del mundo que han descubierto trágicamente que el dinero no es fuente fundamental de felicidad? Es verdad que las necesidades básicas de todos los seres humanos deben ser satisfechas mediante el trabajo conjunto de toda la sociedad, pero también es verdad que el conspicuo consumismo del actual sistema depredador globalizado está llevando al ser humano a su extinción, por su deterioro espiritual y por la salvaje destrucción de la naturaleza o casa común, como la llama el buen Papa Francisco.

Es indispensable redefinir el verdadero concepto de pobreza, así como el significado de progreso, desarrollo y bienestar que, por estar únicamente ligados al beneficio material, han pasado de ser un anhelo humano aceptado universalmente a un camino sin retorno que conducirá a nuestra destrucción como especie. Algo tenemos que hacer; algo y pronto, porque nos queda muy poco tiempo. Es la tarea principal de todos nosotros. (O)