Permanentemente nos preguntamos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Estas son las interrogantes de todo ser humano a lo largo de todos los tiempos. Es algo que tiene que ver con la identidad, porque no podemos ser lo que no conocemos.

“El hombre se hizo siempre de todo material, de casas señoriales o barrio marginal”, dice el mayor representante de la canción latinoamericana, Silvio Rodríguez, al referirse a un héroe cubano, el Mayor Ignacio Agramonte. Y es que todos estamos hechos de la tierra en que nacimos, y de las circunstancias que han determinado nuestra cultura.

Solamente se puede amar las cosas que uno conoce y, cuando nos referimos a uno de los países más diversos del mundo -y de los más hermosos por cierto-, como es el Ecuador, debemos hablar con propiedad. ¿Qué es el Ecuador?, ¿cuáles son las tradiciones, la cultura popular? ¿Quiénes son los mejores representantes de nuestra ya milenaria historia? Para saberlo es indispensable recorrer el país, en un afán no solo de diversión, sino de conocimiento de nuestras realidades; no únicamente de la parte positiva, sino de todo lo que hay que cambiar. Por ello, la idea del turismo consciente representa mucho más que el simple hecho de estar en un lugar para luego salir de este sin haber apreciado la esencia del mismo.

Cada momento de nuestra vida es un aprendizaje. Lo encontramos en todas nuestras actividades. ¿De qué nos alimentamos?, ¿de dónde vienen esos productos?, porque también estamos hechos de sabores.

¿Cuál es el humor y cuáles las canciones? Las pequeñas viviendas o las grandes e imponentes construcciones, ¿por qué fueron hechas?, ¿quiénes habitaron esos lugares? ¿Por qué hablamos como hablamos, con tantos acentos musicales?

La naturaleza, la muestra más extraordinaria de nuestro pequeño planeta azul. Las selvas aún vírgenes, como lo eran desde sus tiempos de creación. El océano y sus islas, los nevados, los volcanes  y valles andinos. Todo ello conforma el material del cual estamos hechos, y parte fundamental de la tarea de nuestra vida es conocer los lugares de donde vinimos y otros que compartimos, pues de lo contrario seremos meros extranjeros en nuestro propio país.

Recorrer el Ecuador, disfrutarlo, aprehenderlo nos sirve para realmente poder ir descifrando nuestra identidad; y el turismo consciente es el camino correcto para hacerlo.

Hagamos maletas y volvamos, todos los años, sin importar nuestra edad, a vivir la apasionante aventura de conocer nuestra tierra y nuestra gente, para poder conocernos a nosotros mismos. (O)