Una hoja de papel, paciencia y una buena dosis de creatividad son suficientes para iniciarse en el mundo del origami. Cuando el papel se dobla, surge un sinnúmero de posibilidades: barquitos de papel, aviones, flores, peces y diversas formas geométricas.

Este arte que divierte y entretiene se llama origami, una palabra japonesa compuesta por 2 vocablos: ori, que significa “doblar papel” y kami, “papel”.

En español este arte es conocido como papiroflexia, papiro (papel) y flectere (doblar). En sus inicios, solo se permitía plegar el papel, sin utilizar tijeras ni pegamento, pero hoy aplican los recursos que sean necesarios para elaborar la figura deseada.

Aunque es considerado un arte japonés, hay estudios que revelan que su origen se remonta a la creación del papel, en el año 105 d.C., en China. En el año 610 d.C. se introdujo por primera vez el papel en Japón y con el transcurso de los años, este evolucionó en texturas y colores.

Una de las leyendas del origami es el japonés Akira Yoshizawa, quien creó casi 50 mil figuras. Según José Ignacio Royo, en su texto Matemáticas y papiroflexia, el origami conllevaba una filosofía de vida, que en la cosmovisión oriental se la denomina ke: “Concepto asociado a la luz baja, las sensaciones íntimas y la armonía en silencio…Yoshizawa reza, medita, estudia y siente en un sentido ciertamente religioso cada animal, rostro o figura que va a plegar. Según la escuela de Yoshizawa, el plegado es un diálogo entre el artista y el papel, el cual hay que realizar en el aire, solo con las manos…”.

Hoy se pueden identificar 2 tipos de papiroflexia. La primera, la de sus inicios, en la que los artistas buscaban expresar la esencia de lo que deseaban representar, a través de un mínimo de pliegues, cuyo resultado no siempre era una figura anatómicamente perfecta. La segunda, siempre orientada a conseguir diseños con exactitud anatómica.

Con o sin precisión, el origami genera muchos beneficios: estimula la actividad cerebral, desarrolla la imaginación, fortalece la motricidad fina, mejora la concentración, incrementa la memoria y la orientación espacial. Cada doblez debe ser exacto, lo que exige precisión, perseverancia y paciencia. Además, es un arte que involucra a personas de todas las edades.

Para Elisa Salvador, una joven de 20 años, quien practica el origami desde adolescente, este arte le dio la posibilidad de crear diversas figuras en una hoja de papel en la que no hay nada” . Para esta joven, estudiante de Administración de Empresas, el origami es más que un hobby. Gracias a este arte, ha ganado precisión y perseverancia.

Para Paúl Espinosa, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Origami, el origami fortalece la personalidad y afianza la seguridad y confianza. Además, se convierte en una herramienta para mejorar el aprendizaje de la geometría, sobre todo, en los niños. “Partir de un cuadrado, sacar una diagonal uniendo punta con punta; dividir un ángulo dentro de un cuadrado, son principios geométricos”. El pedagogo alemán Friedrich Fröebelin fue uno de los primeros en incorporar esta técnica como un instrumento de enseñanza. Estaba convencido de que los juegos, ejercicios y cantos al aire libre fortalecían la formación preescolar.

De hecho, el origami contribuye al desarrollo de la expresión artística en los niños, fortalece su autoestima, mejora su atención, su concentración y fortalece su memoria.

En el origami solo está permitido doblar el papel. El punto de partida es un cuadrado, pero existe otra técnica como el kirigami que permite cortar el papel que se dibuja con las tijeras. También existe el makigami, método que posibilita rasgar el papel, unirlo, doblarlo y arrugarlo solo con las manos, sin trazos previos y sin recurrir en ningún momento a las tijeras.

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Las opciones dentro del origami son variadas: las figuras pueden adquirir, movimiento o tener un carácter modular, efecto que se consigue a través de la unión de varias piezas iguales.

Aunque para algunos esta técnica es solo un pasatiempo para otros es una forma de obtener ingresos. Quienes dominan esta técnica venden figuras decorativas, aretes o dan clases de origami. Desde las formas más simples hasta las más complejas, todo es posible en el mundo del origami. Con un poco de paciencia se pueden crear auténticas obras de arte doblando y dando forma al papel.

CONSEJOS

1. Sea cuidadoso y prolijo al realizar el plegado, Ponga especial atención en los vértices.

2. Trabaje sobre una superficie dura y lisa.

3. Para que el resultado sea preciso, pase la uña del dedo pulgar a lo largo del pliegue. Mientras más exactitud tenga en el plegado, mejores serán los resultados de la figura de origami que obtenga.

4. Siga la secuencia de cada modelo en la forma indicada, sin saltarse ningún paso.

5. Preste atención en cada paso, a la dirección correcta del plegado y a su forma de realizarlo. 6. Asegúrese de haber entendido bien las instrucciones.

7. Practique las formas básicas e imagine cómo generar nuevas figuras a partir de estas.

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